
“Making the Grade”
By Scott M. Stringer

New York City is as diverse as it’s ever been, with nearly 40 percent of our residents born outside the U.S., nearly 50 percent speaking a language other than English at home, and over 55 percent of New Yorkers identifying as people of color.
As the Chief Financial Officer of the City, it is my job to not only scrutinize our City budget for waste, fraud, and abuse, but also to look beyond the four-year financial plan to envision what our economy will look like decades down the line. Part of this effort is in understanding how diversity—from the factory floor to the boardroom and everywhere in-between—is an economic development imperative.
At the City level, a robust minority and women-owned business enterprise (M/WBE) program not only makes government more efficient for taxpayers by increasing competition in procurement, but also helps to foster an inclusive economy of shared prosperity throughout the five boroughs. As a recent Department of Commerce study showed, minority-owned businesses are “engine[s] of employment in emerging and minority communities,” and their success is essential to reducing the high rate of unemployment that continues to plague many minority communities in the wake of the Great Recession.
However, you wouldn’t know it by looking at how our City spends its taxpayer dollars to purchase goods and services—everything from office supplies and heavy machinery, to professional services and food for the City’s 1.1 million school children. In Fiscal Year 2014, only 3.9 percent of the City’s $17.8 billion procurement budget went to M/WBEs.
I recently issued a new report—“Making the Grade”—that gives 32 City agencies, including my own, a letter grade for M/WBE procurement. The grades are based on target goals laid out in the most recent amendments to the City’s M/WBE program.
Known as Local Law 1, these amendments include procurement goals for African-American, Hispanic-American, Asian-American, and Women-owned firms across four industry categories: Construction, Professional Services, Standard Services, and Goods.
The results should be troubling to every New Yorker who cares about the future of our City and its economy. Only two agencies secured better than a “C” and the majority of agencies were issued “Ds” and “Fs.” That’s not only an embarrassment; it’s costing taxpayers money and hurting our communities.
Of the over $5.7 billion in FY 2014 spending reviewed in my report, Women-owned businesses received just $92.8 million dollars—a total of 1.7%. That’s unacceptable and we, as a City must do something to change this immediately.
The fundamental goal of the gradebook is to press agencies to redouble their efforts to increase outreach to M/WBEs and ultimately get more contracts into the hands of these crucial job-creators.
But it doesn’t stop there. The report also provides a series of recommendations to strengthen the City’s M/WBE program, including:
- Expanding the scope of contracts that fall under Local Law 1;
- Improving City agency websites to provide more robust information about the procurement process;
- Urging agencies to do a better job classifying contracts so that the public has access to fully transparent information; and
- Building out a program within the Comptroller’s office that can serve as a model for other agencies to follow in expanding M/WBE procurement.
Just as restaurant letter grades have led to declines in violations of the health and safety code, these M/WBE letter grades will change the conversation about procurement in the City of New York and create an incentive for agencies to take concrete steps to ensure a level playing field for all who wish to do business with our City.
In the midst of the first great wave of progressive politics in America, Louis Brandeis wrote, “Publicity is justly commended as a remedy for social and industrial diseases…Sunlight is…the best of disinfectants.” This idea still resonates over a century later. Although agencies may feel the sting of taking a bad grade home on their report card, our goal is not to attack agencies, but instead is to provide data-driven analysis that will boost M/WBE procurement by increasing transparency and accountability and, in turn, promote economic growth across our great city.
Scott M. Stringer is Comptroller of the City of New York
Logrando la buena nota
Por Scott M. Stringer

La Ciudad de Nueva York tiene una diversidad más alta que nunca, con casi el 40 por ciento de residentes nacidos fuera de los Estados Unidos, casi el 50 por ciento hablando otro idioma que no es ingles en la casa, y casi el 55 por ciento de Neoyorquinos se identifican como personas de color.
Como el Principal Funcionario de Finanzas de Nueva York, mi trabajo no es solamente de examinar nuestro presupuesto municipal y buscar gastos, fraude, y abuso, pero también mirar más allá del plan financiero de cuatro años para visibilizar como será nuestra economía en el futuro. Parte de este esfuerzo es entender la importancia de la diversidad en todos lados – sea en los pisos de las fábricas, en las salas de reuniones, y en todos los lugares – es un imperativo del desarrollo económico.
Al nivel municipal, un programa sólido para empresas pertenecientes a minorías y mujeres brinda un gobierno no solamente más eficaz para los contribuyentes en aumentar la competencia en contratación, pero también ayuda a promover una economía prospera en los cinco condados de NYC. Un estudio reciente del Departamento de Comercio índico que las empresas pertenecientes a minorías son “motores de empleo en comunidades emergentes y de minorías” y su éxito es esencial para reducir las grandes tazas de desempleo que continua afectando a varias comunidades de minorías tras la Gran Recesión.
Sin embargo, no te dieras cuenta simplemente mirando como nuestra Ciudad se gasta sus ingresos de contribuyentes en la compra de bienes y servicios – todo, incluyendo suministros de oficina y maquinaría, y servicios profesionales y comida para el 1.1 millón de niños en las escuelas. En el año fiscal 2014, de $17.8 mil millones en contrataciones solamente 3.9 por ciento del presupuesto de la Ciudad se destinó a los MWBE’s.
Recientemente, publique un informe llamado “Logrando la Buena Nota”, la cual le atribuye a 32 agencias municipales, incluyendo la mía, una letra de calificación evaluando contratación de MWBE. Las calificaciones se basan en metas fijadas que se definen en las enmiendas más recientes del programa de la ciudad para MWBE’s.
Conocida como la Ley Local 1, estas enmiendas incluyen metas para contratación con empresas perteneciendo a afroamericanos, hispanos-americanos, asiáticos-americanos, y mujeres en cuatro industrias: construcción, servicios profesionales, servicios estandarizados, y bienes.
Los resultados deben ser preocupantes para cada neoyorquino a quien le importa el futuro de la Ciudad y su economía. Solamente dos agencias se ganaron una calificación más alta que una “C”, y la mayoría de las agencias se ganaron una D o una F. Esto no es solamente una gran vergüenza, pero también le cuesta dinero a los contribuyentes y afecta nuestras comunidades.
En mi informe, revisamos más de $5.7 mil millones de gastos durante el año fiscal 2014. De esto, las empresas pertenecientes a hispanos-americanos recibieron solamente $37.4 millón de dólares – en total 0.7%. Esto no es aceptable y nosotros, juntos como Ciudad, debemos hacer algo para cambiar esto inmediatamente.
El objetivo fundamental de las calificaciones es presionar a las agencias para que dupliquen sus esfuerzos para aumentar participación en los M/WBE’s y al final hacer llegar más contratos a las manos de estos importantes creadores de empleos.
Pero esto no es lo único del informe. Además, el informe ofrece una serie de recomendaciones para reforzar y apoyar el programa de M/WBE’s de la Ciudad, incluyendo:
- Expandir el alcance de los contratos a los cuales se aplican la Ley Local 1.
- Mejorar las páginas web de agencias de la ciudad para ofrecer más información clara y precisa sobre el proceso de contratación;
- Instar a las agencias que hagan mejor clasificación de contratos para que el público tenga acceso a información completamente transparente;
- Desarrollar un programa en la Oficina del Contralor que pueda servir como un modelo para que lo sigan otras agencias para expandir la contratación de los M/WBE’s
Igual como las calificaciones de letra de los restaurantes han llegado a disminuir las violaciones de regulaciones de salud y seguridad, estas calificaciones para contrataciones de M/WBE’s cambiaran la conversación sobre contratación en la Ciudad de Nueva York. Además, establecerán un incentivo para que las agencias de NYC hagan cambios concretos para asegurar un campo de oportunidad equitativa para todos quienes quieren entrar en negocios con la Ciudad de Nueva York.
En medio de la primera gran ola de políticas progresistas en los Estados Unidos, escribió Louis Brandeis, “la publicidad utilizada justamente sirve como remedio para las enfermedades sociales e industriales…La luz del sol…es el mejor de los desinfectantes”. Esta idea permanence de ejemplo aun un siglo después. Aunque las agencias de la Ciudad sientan el peso de recibir malas calificaciones, nuestro objetivo no es de atacar las agencias, pero en vez, ofrecer un análisis de datos el cual ayuden a impulsar la contrataciónes con M/WBE’s en aumentar transparencia y responsabilidad y en el proceso, promover crecimiento económico en esta gran ciudad.
Scott M. Stringer es el Controlador de la Ciudad de Nueva York.