“A better, just world”
“Un mundo mejor y más justo”

Protestors rally in Hunts Point
Story and photos by Robin Elisabeth Kilmer
The acquittal of George Zimmerman in the shooting case of unarmed black teenager Trayvon Martin last week was met with anger by many across the country.

Claudia De la Cruz was one such voice who disagreed with the verdict.
And so she took action.
De la Cruz organized a rally and protest in Hunts Point this past Mon., Jul. 15th.
The Bronx resident works as a community organizer for Urban Butterflies, a youth leadership development project.
“We’re letting people know that we can get together,” she explained. “It is not okay for people to feel sorrow and outrage in their homes; they should take it to the streets.”
Nearly two hours of non-stop chanting and marching had taken its toll.
“My voice is out,” she said, with a small smile, as she stood at East 163rd Street and Bruckner Boulevard.
But she would not stop; she had additional rallies and meetings planned in days to come.
It was important to maintain the momentum and harness the energy generated at the rallies into meaningful reform, at a time when the judicial system seems set against justice for minorities and people of color, she argued.
“It (Zimmerman’s acquittal) is going to set a precedent,” De la Cruz predicted. Profiling and attacking youth of color “has the judicial system’s stamp of approval,” she declared.
This concern was precisely why she felt it was important for her to organize rallies in communities throughout the Bronx and Northern Manhattan, where young people of color are more likely to be targeted by violence.
She was not alone.
Approximately 200 people, mainly youths, gathered peacefully with placards and signs and marched in the street.

Passing cars honked their approval.
Sharim Algarín, the Executive Director of Casa Atabex Ache, a non-profit organization that empowers young women of color, wafted the smoke of burning sage among the protesters.
“It’s to ask our ancestors to be by our side—asking for strength and cleansing,” she said. “We support the organizers, healing and peace.”
Aaron Miranda, 18, carried a sign reading “Justice for Trayvon.”
Miranda said tighter gun control and laws against racial profiling would prevent more deaths like Martin’s in the future, though the verdict seemed to decimate his optimism that change would come.
“Honestly, I don’t feel like there’s too much hope,” he said. “Politicians have their own agenda.”
Miranda had lived in Florida for a while, and observed how accessible guns seemed to be for his peers.
“It was easy—they just went into their parents’ cabinets.”
Verónica Feliciano defied the soaring temperature and marched resolutely in a grey hoodie as she pushed her one-year-old daughter, Haden, in a stroller.
“Most people in the Bronx dress like this every day,” said the Throgs Neck native of her sweatshirt. “It is scorching hot.”
But Feliciano was determined to bring attention to what she felt was the interconnected relationship between power paradigms, specifically citing capitalism.

“The judicial system is meant to protect the economic system.”
The latter, she said, protects itself by disenfranchising others through discrimination and profiling, she said.
“This is modern-day slavery, and you can’t sweep it under the rug,” she said. “I’m worried for my daughter.”
De la Cruz, too echoed the concerns for future generations.
“As a black woman, who will someday have kids,” she said. “I want this to be a better, just world.”
New York City’s elected officials also weighed in.
Congressional Representatives Charles Rangel, José Serrano, Nydia Velázquez, Gregory Meeks and Hakeem Jeffries, as well as New York City Councilmembers Robert Jackson and Ydanis Rodríguez, gathered at the Manhattan Federal District Courthouse on Monday afternoon and called on the Department of Justice to conduct an immediate and thorough investigation to determine if any civil rights laws have been violated.
Councilmember Melissa Mark-Viverito, who represents Mott Haven, marched in Hunts Point.
“It’s important to show the concerns people have,” she said.
The City Council recently passed bills that would make racial profiling by the New York Police Department illegal.
“Every municipality has to take a look, and everyone looks to New York City. This doesn’t stop now.”
Manifestantes se concentran en Hunts Point
Historia y fotos por Robin Elisabeth Kilmer
El veredicto de “inocente” para George Zimmerman en el caso del tiroteo del adolescente negro desarmado Trayvon Martin, la semana pasada, enfrentó la ira de muchos en todo el país.
Claudia de la Cruz fue una de esas voces que no estaba de acuerdo con el veredicto. Por lo que tomó acción.

De la Cruz organizó una manifestación y protesta en Hunts Point el pasado lunes 15 de julio.
La residente del Bronx trabaja como organizadora comunitaria para Urban Butterflies, un proyecto de desarrollo y liderazgo juvenil.
“Queremos que la gente sepa que podemos estar juntos”, explicó. “No es correcto que la gente sienta dolor e indignación en sus hogares, hay que manifestarlo en las calles”.
Casi dos horas de cantos durante la marcha habían tenido un impacto.
“Mi voz se acabó”, dijo con una pequeña sonrisa mientras estaba de pie en la calle 163 Este y el Boulevard Bruckner.
Pero ella no paraba, tenía reuniones adicionales y otras previstas en los días venideros.
Argumentó que era importante mantener el impulso y aprovechar la energía generada por las acciones para conseguir una reforma significativa, en momentos en que el sistema judicial parece impartir justicia contra las minorías y las personas de color.
“Esto (la absolución de Zimmerman) va a sentar un precedente”, pronosticó de la Cruz. Perfilar y atacar a los jóvenes de color “tiene la aprobación de la justicia”, declaró.
Esta preocupación fue precisamente por la cual se sentía que era importante organizar mítines en las comunidades de todo el Bronx y el Norte de Manhattan, donde los jóvenes de color tienen más probabilidades de ser blanco de violencia.
No estaba sola.
Alrededor de 200 personas, principalmente jóvenes, se reunieron pacíficamente con pancartas y letreros y marcharon por la calle.

Coches que pasaban tocaban sus bocinas mostrando su apoyo.
Sharim Algarín, directora ejecutiva de Casa Atabex Ache, una organización sin fines de lucro que empodera a las mujeres jóvenes de color, soplaba el humo de la quema de salvia entre los manifestantes.
“Es para pedirle a nuestros antepasados que estén de nuestro lado pidiendo fortaleza y limpieza”, dijo. “Apoyamos la organización, la sanación y la paz”.
Aaron Miranda, de 18 años, llevaba un cartel que decía “Justicia para Trayvon”.
Miranda dijo que un control de armas más estricto y leyes contra la discriminación racial podrían evitar más muertes como la de Martin en el futuro, aunque el veredicto parecía diezmar su optimismo de que el cambio vendría.
“Honestamente no siento que demasiada esperanza”, dijo. “Los políticos tienen su propia agenda”.
Miranda vivió en Florida por un tiempo y observó cómo las armas parecían ser accesibles para sus compañeros.
“Era fácil, sólo tenían que abrir los gabinetes de sus padres”.
Verónica Feliciano desafió la elevada temperatura y marchó resueltamente en una sudadera gris con capucha mientras empujaba a su hija, Haden, de un año de edad, en una carriola.
“La mayoría de la gente en el Bronx se viste así todos los días”, dijo sobre la sudadera. “Esta muy caluroso”, exclamó.
Pero Feliciano estaba decidida a llamar la atención sobre lo que sentía era la relación entre los paradigmas de poder, citando específicamente el capitalismo.

“El sistema judicial está destinado a proteger el sistema económico”.
Este último, dijo, se protege él mismo privando de sus derechos a otros a través de la discriminación y de los perfiles raciales, dijo.
“Esta es la esclavitud moderna y no podemos pretender que no existe”, dijo. “Estoy preocupada por mi hija”.
De la Cruz, también hizo eco de la preocupación por las generaciones futuras.
“Como mujer negra, que algún día tendrá hijos”, dijo, “Yo quiero que este sea un mundo mejor, más justo”.
Funcionarios electos de la ciudad de Nueva York también intervinieron.
Los representantes del Congreso Charles Rangel, José Serrano, Nydia Velázquez, Gregory Meeks y Hakeem Jeffries, así como los concejales la ciudad de Nueva York, Robert Jackson e Ydanis Rodríguez, se reunieron en el Palacio de Justicia del Distrito Federal de Manhattan el lunes por la tarde y pidieron al Departamento de Justicia llevar a cabo una investigación inmediata y exhaustiva para determinar si se violaron las leyes de derechos civiles.
La concejal Melissa Mark-Viverito, que representa a Mott Haven, se manifestó en Hunts Point.
“Es importante mostrar las preocupaciones que tiene la gente”, dijo.
El Ayuntamiento aprobó recientemente una ley que haría ilegal la discriminación racial del Departamento de Policía de Nueva York.
Añadió, “cada distrito tiene que echar un vistazo. Todo el mundo mira a la ciudad de Nueva York. Esto aún no termina.