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Putting money where their mouths are

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Putting money where their mouths are

Story and photos by Gregg McQueen


"This is a great way to take the candy out of their hands, and it's for a good cause,” explained dentist Moshe Glick, DDS.
“This is a great way to take the candy out of their hands, and it’s for a good cause,” explained dentist Moshe Glick, DDS.

The day after Halloween, four-year-old Gabriela Ford sauntered into the Riverdale office of dentist Moshe Glick, DDS, and handed him a bag filled with candy she had collected trick-or-treating.

Gabriela wasn’t swearing off candy in an anti-cavity crusade.

Handing over her sweets is part of an innovative “candy buyback” program that Glick sponsors each Halloween season throughout his three area dental practices.

On the afternoon of November 1st, kids can bring their excess trick-or-treat candy to Glick’s offices and receive cash in return, exactly one dollar per pound of candy donated.

The candy is then sent to United States soldiers serving abroad.

“Everybody loves candy,” remarked Glick. “But kids get it in such massive doses at Halloween and they don’t need that much.”

“This is a great way to take the candy out of their hands, and it’s for a good cause ― giving a special treat to our troops.”

Batman, better known as eight-year-old Charlie, had his candy donation weighed.
Batman, better known as eight-year-old Charlie, had his candy donation weighed.

Gabriela’s mom Johanna, whose husband is a patient of Glick’s, said she appreciated the opportunity to give back to those who serve in the military.

“It also teaches my daughter a lesson in moderation,” she added.

“Not only does it help my patients’ dental health, this program also teaches kids about philanthropy,” noted Glick. “There are a lot of positives here.”

The dentist forwards candy to the military through Operation Gratitude, a non-profit organization that sends care packages to members of the U.S. Armed Forces stationed in hostile regions.

“It’s a big pick-me-up for the soldiers,” remarked Glick. “They’re sitting out there away from their friends and family, doing something amazing for this country.”

In addition to his Riverdale practice, which opened a few months ago, Glick also works out of locations in Manhattan’s Washington Heights neighborhood and Scarsdale.

He estimated that his offices have brought in several hundred pounds of candy for the military in the past few years.

Donors receive one dollar for every pound of candy.
Donors receive one dollar for every pound of candy.

Glick said that the buyback program allows his younger patients to avoid overdoing it on candy, and about dental hygiene in the process.

“After Halloween, we always see kids coming in for emergencies ― taffy stuck in their teeth, or even a broken tooth,” explained Glick. “We also tend to get a huge spike in cavities.”

An eight-year-old dental patient named Charlie arrived to donate candy wearing his full Batman costume from Halloween.

His mom, Lara, explained that Charlie had a “mega-cavity” filled at Glick’s Riverdale office a few days prior, and was glad to surrender his excess candy and take a break from sweets for a while.

“Batman was very brave in the dentist’s chair,” she joked.

After collecting the candy, Glick packages it and ships it to a central office for Operation Gratitude, who in turn delivers it to troops, generally in Iraq or Afghanistan.

Between the dentist’s three offices, approximately 70 pounds of candy were collected at this year’s event.

"I didn't want the candy to go to waste," explained patient Lucy.
“I didn’t want the candy to go to waste,” explained patient Lucy.

When families bring in candy, Glick places the bags on a scale and then hands the children money based on the weight.

Youngster Lucy Kassel beamed last week as she collected six dollars from Glick, her return for contributing a heaping sack of candy that would make Willy Wonka blush.

Though Kassel gained a few bucks for her piggy bank, it’s likely she also took away something far greater ― the feeling that she did something nice for others.

“I didn’t want the candy to go to waste,” she explained. “And I know it’s for a good cause.”

In the past, Glick has received thank you letters, sometimes with photos included, from soldiers who obtained his office’s candy care packages.

“When the kids come back for their next dental appointment, I’ll show them the letters and photos,” he said.

“It makes the kids feel great to know their actions made someone else happy.”

For more details on Operation Gratitude, or to make donations to facilitate care packages for U.S. troops, visit http://www.operationgratitude.com or call 800.651.8031.

Information on Moshe Glick’s Bronx practice can be found here: www.RiverdaleFamilyDentalPC.com

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Historia y fotos por Gregg McQueen


"Esta es una gran manera de quitar el caramelo de sus manos, y es por una buena causa", explicó el dentista Moshe Glick, DDS.
“Esta es una gran manera de quitar el caramelo de sus manos, y es por una buena causa”, explicó el dentista Moshe Glick, DDS.

El día después de noche de brujas, Gabriela Ford, de cuatro años de edad, se paseó en la oficina de Riverdale del dentista Moshe Glick, DDS, y le entregó una bolsa llena de dulces que había conseguido a través del truco o trato.

Gabriela no estaba renunciando a los dulces en una cruzada anti-caries.

La entrega de sus dulces era parte de un innovador programa de “recompra de dulces” que Glick patrocina cada temporada de noche de brujas a través de sus tres clínicas dentales de la zona.

En la tarde del 1 de noviembre, los niños podían llevar su exceso de dulces a las oficinas de Glick y recibir dinero a cambio, exactamente un dólar por libra de dulces donados.

Los dulces se envían a los soldados estadounidenses que sirven en el extranjero.

“Todo el mundo ama el caramelo”, comentó Glick. “Pero los niños lo consiguen en tales dosis masivas durante la noche de brujas y no lo necesitan mucho”.

Batman, mejor conocido como Charlie, de ocho años de edad, hizo pesar su donativo de dulces.
Batman, mejor conocido como Charlie, de ocho años de edad, hizo pesar su donativo de dulces.

“Esta es una gran manera de quitar el caramelo de sus manos, y es por una buena causa, dar un regalo especial a nuestras tropas”.

La madre de Gabriela, Johanna, cuyo marido es un paciente de Glick, dijo que apreciaba la oportunidad de retribuir a los que sirven en el ejército.

“También enseña a mi hija una lección de moderación”, agregó.

“No sólo ayuda a la salud dental de mis pacientes, este programa también enseña a los niños acerca de la filantropía”, indicó Glick. “Hay muchas cosas positivas aquí”.

El dentista envía caramelos a los militares a través de Operation Gratitude, una organización sin fines de lucro que envía paquetes a los miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos destacados en regiones hostiles.

“Es algo bueno para los soldados”, señaló Glick. “Están sentados por ahí lejos de sus amigos y familiares, haciendo algo increíble para este país”.

Además de su práctica en Riverdale, que abrió sus puertas hace unos meses, Glick también trabaja fuera de lugares en Manhattan, el barrio de Washington Heights y Scarsdale.

Se estima que sus oficinas han traído varios cientos de libras de caramelos para los militares en los últimos años.

Los donantes reciben un dólar por cada libra de dulces.
Los donantes reciben un dólar por cada libra de dulces.

Glick dijo que el programa de recompra permite a sus pacientes más jóvenes evitar excederse en el caramelo, y aprender sobre la higiene dental en el proceso.

“Después de noche de brujas, siempre vemos a niños que vienen por emergencias, chicloso pegado en los dientes, o incluso un diente roto”, explicó Glick. “También tendemos a obtener un gran aumento en las caries”.

Un paciente de ocho años de edad llamado Charlie, llegó a donar dulces vestido con su traje de Batman de noche de brujas.

Su madre, Lara, explicó que Charlie tenía una “mega-cavidad” llena en el consultorio de Glick en Riverdale unos días antes, y estaba contento de entregar su exceso de dulces y tomar un descanso de los dulces por un tiempo.

“Batman fue muy valiente en la silla del dentista”, bromeó.

Después de recoger los caramelos, Glick los empaqueta y los envía a una oficina central de Operation Gratitude, quien a su vez lo envía a las tropas, por lo general en Irak o Afganistán.

Entre los tres consultorios del dentista, alrededor de 70 libras de caramelos fueron recolectadas en el evento de este año.

"No quería que el caramelo se desperdiciara", explicó la paciente Lucy.
“No quería que el caramelo se desperdiciara”, explicó la paciente Lucy.

Cuando las familias traen dulces, Glick coloca las bolsas en una báscula y luego entrega el dinero a los niños con respecto al peso.

La joven Lucy Kassel sonrió la semana pasada mientras recogía seis dólares de Glick, su devolución por aportar una bolsa colmada de dulces que haría que Willy Wonka se ruborizara.

Aunque Kassel ganó un poco de dinero para su alcancía lo más probable es que también se llevara algo mucho más grande, la sensación de que hizo algo bueno por los demás.

“Yo no quería que el caramelo se desperdiciara”, explicó. “Y yo sé que es por una buena causa”.

En el pasado, Glick ha recibido cartas de agradecimiento, a veces, con fotos incluidas, de los soldados que reciben los paquetes de dulces de su consultorio.

“Cuando los niños regresen para su próxima cita con el dentista, les mostraré las cartas y fotos”, dijo.

“Los niños se sienten muy bien de saber que sus acciones hacen feliz a otra persona”.

Para más detalles sobre Operation Gratitude, o para hacer donaciones para facilitar paquetes de ayuda para las tropas de Estados Unidos, visite www.operationgratitude.com o llame al 800.651.8031.

Información sobre la práctica de Moshe Glick en el Bronx se puede encontrar en www.RiverdaleFamilyDentalPC.com

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