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¡Presente!

¡Presente!

Bulevar Boricua

Photos by Cristobal Vivar


¡Presente!

They took it to the streets.

Thousands again turned out on Fifth Avenue this past Sun., Jun. 11th for the National Puerto Rican Day Parade (NPRDP), which organizers describe as the country’s “largest demonstration of cultural pride.”

Flag-bearing babes.
Flag-bearing babes.

In the weeks leading to the parade, there had been notable defections, with various corporate sponsors and elected officials announcing they would skip the annual celebration in light of the participation Puerto Rican nationalist Oscar López Rivera, who was released from federal prison earlier this year.

Making their statements.
Making their statements.

Also of concern was the massive fiscal crisis afflicting the island, which finds itself owing over $123 billion of public debt, plagued by ever-deepening austerity measures, and battling an unprecedented education and healthcare crisis.

Concerns abounded about how the parade, which marks its 60th anniversary this year, might come to be affected.

By noon, just after the official kick-off on 44th Street, the familiar banners of red, white, and blue again blanketed the avenue – joined this year by black Puerto Rican flags in a symbol of protest. Cultural groups sounded themes of protest beside adolescent beauty queens and kings in shiny shoes. There were placards decrying colonialism and capitalism thrust beside entertainment carrozas (floats) blaring “Despacito”. Workers’ unions denounced financial interests for predatory practices with bullhorns and dance studio mavens offered their best routines in sequins.

All together.

Presente.

¡Presente!

Bulevar Boricua

Fotos por Cristóbal Vivar


Seeking freedom.
Buscando la libertad.

¡Presente!

Se lo llevaron a las calles.

Miles de personas regresaron a la Quinta Avenida el pasado domingo,11 de junio para el Desfile Nacional del Día de Puerto Rico (NPRDP, por sus siglas en inglés), que los organizadores describen como la “demostración más grande del orgullo cultural” del país.

En las semanas que llevaron al desfile, hubo notables deserciones, con varios patrocinadores corporativos y funcionarios electos anunciando que faltarían a la celebración anual a la luz de la participación del nacionalista puertorriqueño Oscar López Rivera, quien fue liberado de una prisión federal a principios de este año.

También fue motivo de preocupación la enorme crisis fiscal que aflige a la isla, que se ve obligada a pagar más de $123,000 millones de dólares de deuda pública, plagada de medidas de austeridad cada vez más profundas y luchando contra una crisis educativa y de salud sin precedentes.

Las preocupaciones abundaron sobre cómo el desfile, que celebra su 60 aniversario este año, podría llegar a verse afectado.

Master of fortune.
Maestro de la fortuna.

Al mediodía, justo después de la inauguración oficial en la Calle 44, las familiares banderas en rojo, blanco y azul volvieron a cubrir la avenida, acompañadas este año por banderas negras puertorriqueñas en un símbolo de protesta. Grupos culturales hicieron sonar temas de protesta junto a las reinas de belleza adolescentes y reyes en zapatos brillantes. Había pancartas que denunciaban el colonialismo y el capitalismo impuesto junto a las entretenidas carrozas tocando “Despacito”. Sindicatos de trabajadores denunciaron los intereses financieros de prácticas depredadoras con megáfonos y expertos de estudios de baile ofrecieron sus mejores rutinas en lentejuelas.‎

Todos juntos.

Presente.


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