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“On the right side of history”
“En el lado correcto de la historia”

“On the right side of history”

By Althea Stevens


Shutting down the infamous complex was once dismissed as a radical idea.

If you would have told New Yorkers seven years ago that the jails on Rikers Island would be closing, they would have not believed you.

Until recently, shutting down the infamous complex was roundly dismissed as a radical idea that was not likely to be achieved during our lifetimes.

However, what was once a dream for many people is now closer to becoming reality due to the hard work of brave New York City advocates and a number of forward-thinking organizations who have worked tirelessly to shed light on the principal concerns that fueled the “Close Rikers Island” Campaign.

We must continue to fight for the decarceration of New Yorkers by fighting for bail reform and alternatives to incarceration for all who are awaiting trial or are sentenced to one year or less in our jails. Over the last year, community conversations about the plan to close Rikers have shifted to a debate about the location and heights of the new community facilities that will replace the jails on Rikers Island.

As we continue listening and creating a dialogue with our neighbors, we cannot lose sight of our collective mission—to build a more humane justice system.

The question we must ask is, how can the new facility and its surroundings reflect who we are as a community?

Carmelo Anthony visited with youths at Rikers Island.

Research on reducing recidivism and incarceration stresses the importance of a multi-faceted approach. Strengthening social ties through community programming, improving economic opportunity through job training and quality education, and expanding access to quality housing and healthcare all contribute to better outcomes for at-risk populations. I know firsthand how important these programs are to help change lives and communities as a whole.

In Mott Haven, the community I call home, I am part of a community based organization, we stress the importance of education, civic participation and economic development to people of all ages. I have led educational programs, life-skills development trainings and have offered individualized support to get at-risk youth back on the right track.

In fact, three young people who were once labeled as at-risk and disconnected youth used these programs as an opportunity to redefine themselves into successful young adults who now give back to their community. I later hired each of them as program directors and they have become some of Mott Haven’s most vocal community leaders.

In the coming years, advocating for these programs will become critically important to overhauling a status quo that just has not been working.

Additionally, according to the Independent Commission on New York City Criminal Justice and Incarceration Reform, New York City will save over $1.6 billion annually if the jails on Rikers close and a modern, smaller system replaces them.  Our communities will need to decide how that money is spent.

It is estimated that the city will save over $1.6 billion annually if Rikers closes.

Advocates must push to have savings from Rikers Island reinvested back into the communities that have historically shouldered the cost of our unjust legal system.

As the city looks to place jails in areas like Mott Haven, near my home in the Bronx, we must ensure that these projects include services and resources that have a positive effect on the community and reduce the incarcerated population.

As a Bronx Neighborhood Advisory Committee member, this is exactly what I and other members have been advocating for.

The Bronx Neighborhood Advisory Committee is a diverse group of committed and dedicated residents who have been working diligently to secure true sustained investment in the Mott Haven community. We have spent months developing recommendations focused on improving quality of life by ensuring that this neighborhood receives services and investments in the areas of health, recreation, economic development, education and housing. Doing so will help make our children more healthy and give them a real shot at success in the future while also giving community members an opportunity to participate in our economy.

As the city continues to seek community input on their plans to open more humane jails in our communities, not only do we have an opportunity to bring real investments in our community, but we have a real opportunity to be on the right side of history. We have an opportunity to fundamentally change our justice system and take a significant step toward ending the era of mass incarceration.

“En el lado correcto de la historia”

Por Althea Stevens


El cierre del infame complejo fue alguna vez rechazado como una idea radical.

Si les hubieran dicho a los neoyorquinos hace siete años que las cárceles de Rikers Island serían cerradas, no les habrían creído.

Hasta hace poco, cerrar el infame complejo fue desechado como una idea radical que probablemente no se lograría durante nuestras vidas.

Sin embargo, lo que una vez fue un sueño para muchas personas, ahora está más cerca de convertirse en realidad debido al arduo trabajo de los valientes defensores de la Ciudad de Nueva York y de varias organizaciones con visión de futuro que han trabajado incansablemente para arrojar luz sobre las principales preocupaciones que alimentaron la campaña “Cerrar Rikers Island”.

Debemos continuar luchando por la liberación de los neoyorquinos, luchando por la reforma de la fianza y las alternativas al encarcelamiento para todos los que están a la espera de juicio o son sentenciados a un año o menos en nuestras cárceles. Durante el último año, las conversaciones de la comunidad sobre el plan para cerrar Rikers han cambiado de un debate sobre la ubicación y las alturas de las nuevas instalaciones comunitarias que reemplazarán a las cárceles de Rikers Island.

Mientras seguimos escuchando y creando un diálogo con nuestros vecinos, no podemos perder de vista nuestra misión colectiva: construir un sistema de justicia más humano.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo pueden las nuevas instalaciones y sus alrededores reflejar quienes somos como comunidad?

Los defensores deben presionar para que los ahorros de Rikers se reinviertan en las comunidades, escribe la autora.

La investigación sobre la reducción de la reincidencia y el encarcelamiento resalta la importancia de un enfoque multifacético. El fortalecimiento de los lazos sociales a través de la programación comunitaria, la mejora de las oportunidades económicas a través de la capacitación laboral y la educación de calidad, y la ampliación del acceso a viviendas y servicios de salud de calidad contribuyen a obtener mejores resultados para las poblaciones en riesgo. Sé de primera mano lo importante que son estos programas para ayudar a cambiar vidas y comunidades en general.

En Mott Haven, la comunidad a la que llamo hogar, soy parte de una organización de una organización comunitaria, destacamos la importancia de la educación, participación ciudadana y desarrollo económico para personas de todas las edades. He dirigido programas educativos, capacitaciones para el desarrollo de habilidades para la vida y he ofrecido apoyo individualizado para que los jóvenes en riesgo vuelvan al camino correcto.

De hecho, tres jóvenes que alguna vez fueron etiquetados como jóvenes en riesgo y desconectados utilizaron estos programas como una oportunidad para redefinirse en jóvenes adultos exitosos que ahora retribuyen a su comunidad. Más tarde contraté a cada uno de ellos como directores de programas y se convirtieron en algunos de los líderes comunitarios más vocales de Mott Haven.

En los próximos años, abogar por estos programas será de importancia crítica para reparar un statu quo que simplemente no ha funcionado.

Además, de acuerdo con la Comisión Independiente de Justicia Penal y Reforma de Encarcelamiento de la ciudad de Nueva York, NYC ahorrará más de $1.6 mil millones de dólares al año si las cárceles de Rikers son cerradas y un sistema moderno y más pequeño las reemplaza. Nuestras comunidades necesitarán decidir cómo se gasta ese dinero.

Los defensores deben presionar para que los ahorros de Rikers Island se reinviertan en las comunidades que históricamente han soportado el costo de nuestro injusto sistema legal.

Carmelo Anthony visitó a jóvenes en Rikers Island.

Mientras la ciudad busca ubicar cárceles en áreas como Mott Haven, cerca de mi hogar en el Bronx, debemos asegurarnos de que estos proyectos incluyan servicios y recursos que tengan un efecto positivo en la comunidad y reduzcan la población encarcelada.

Como miembro del Comité Asesor del Vecindario del Bronx, esto es exactamente lo que otros miembros y yo hemos estado defendiendo.

El Comité Asesor del Vecindario del Bronx es un grupo diverso de residentes comprometidos y dedicados que han estado trabajando diligentemente para asegurar una verdadera inversión sostenida en la comunidad de Mott Haven. Hemos pasado meses desarrollando recomendaciones centradas en mejorar la calidad de vida al garantizar que este vecindario reciba servicios e inversiones en las áreas de salud, recreación, desarrollo económico, educación y vivienda. Hacerlo ayudará a que nuestros niños estén más sanos y les dará una oportunidad real de éxito en el futuro, además de dar a la comunidad la oportunidad de participar en nuestra economía.

Mientras la ciudad continúa buscando la opinión de la comunidad sobre sus planes para abrir cárceles más humanas en nuestras comunidades, tenemos la oportunidad de atraer inversiones reales, de estar en el lado correcto de la historia, de cambiar fundamentalmente nuestro sistema de justicia y dar un paso significativo hacia el fin de la era del encarcelamiento en masa.

Althea Stevens es miembro de la comunidad de Mott Haven y parte del Consejo Consultivo del Vecindario, que ha asesorado a la ciudad sobre su plan de cárceles en el distrito.

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