“New York City is for sale”
“La Ciudad de Nueva York está a la venta”

Story by Gregg McQueen
Sal Albanese is not a happy man. Speaking by phone a few days before the first scheduled debate in the general election, mayoral candidate Albanese was displeased that he’d been excluded from the televised event on October 10. Albanese, who finished second to Bill de Blasio in the September 12 Democratic primary, has continued his City Hall bid by running on the Reform Party ballot in the general election. Though he took on de Blasio in two debates during the primary, Albanese was not invited to participate in the October 10 discourse, which includes de Blasio, Republican challenger Nicole Malliotakis and independent candidate Bo Dietl. “The people of New York City deserve a full and fair debate, not just one with certain candidates,” said Albanese. “The rules set up by the Campaign Finance Board, which is financed by taxpayers, are unfair.” Albanese believes he’s met the criteria for the debate, and filed a lawsuit against the city’s Campaign Finance Board (CFB) in hopes of participating. “They’ve got Bo Dietl, who I actually outpolled, on the stage,” remarked Albanese. “That’s ludicrous. And I only polled nine points behind Malliotakis, yet I’m being excluded.” In a Quinnipiac University poll released on October 5, Albanese garnered 8 percent of support in the mayor’s race, compared to Malliotakis at 17 percent and Dietl at 4 percent. De Blasio had a substantial lead, with 61 percent of polled voters indicating they supported him for re-election. According to the CFB rules, in order to qualify for the debate, a candidate must raise and spend $500,000 by October 6— which the three participating candidates have done — or raise and spend $174,225 while garnering 8 percent of the vote in a poll by Quinnipiac or Marist University. Albanese would appear to have done that, spending over $180,000 and hitting the 8 percent mark on the latest poll, but he said the CFB advised him that they are not counting the poll because Quinnipiac did not include all candidates in the survey. “The CFB is saying that it’s a non-qualifying poll,” Albanese said. “We’re seeing that these rules make no sense.” In response, CFP spokesperson Matthew Sollars pointed out that criteria guidelines for participation in the first general election debate clearly state that the poll must “include all of the candidates on the ballot.” “The thresholds for the 2017 debates were decided and published months in advance and before the mayoral field was complete,” said Sollars. “Changing the rules to fit changing circumstances would violate the law and undermine the objective, nonpartisan administration of the debates.” He vowed to overhaul the campaign finance system if elected, using a system of “Democracy Vouchers” — eligible voters would be given four $25 vouchers, which can be contributed to a candidate of their choice. “I consider it the gold standard of campaign finance,” said Albanese, noting a similar program was launched in Seattle. “Rather than withholding public funds until a candidate hit unrealistic thresholds, voters would be given more control.” Fearing that lobbyists wield too much power within city government, Albanese said he would also issue an executive order banning lobbyists from exerting influence on policy. “I don’t think that lobbyists should become advisers to the government,” he said. “It’s a tremendous conflict of interest.” He also accused of catering to big-name real estate developers who contributed to his first campaign. “The whole thing is unseemly,” Albanese said. “I think it has eroded the public trust. I think many New Yorkers think New York City is for sale under de Blasio.” As mayor, Albanese said he’d scrap all of the city’s rezoning proposals — “It’s a giveaway to developers,” he stated — and called for better rent subsidies for people in shelters. He has proposed slapping a substantial tax on “pied-a-tierre” properties owned by foreign investors, then funneling that money to build new affordable housing. He also vowed to use non-profit developers to construct affordable housing complexes on vacant lots owned by the city. Albanese, who was born in Italy and immigrated to the U.S. at age eight, spent time as a public school teacher and also served on the City Council for 15 years. He holds a law degree from Brooklyn Law School. He voiced concern that the New York City of today is not the same place he grew up in, as people are being driven from the city by rising housing costs. “People can’t afford to live here anymore,” he remarked. “I grew up in Brooklyn, we were working poor. My mother was able to support us on a garment worker’s salary. And I purchased a home in Brooklyn for $61,000 when I was a school teacher. School teachers can barely afford to live here now.” Albanese said he is inspired to run for mayor by his four young grandchildren. “I worry about what kind of city they’ll grow up in, or if they could afford to stay here,” he said. “We need to make sure this city is a place for everyone, not just the rich.” For more information, please visit sal2017.com.
Historia por Gregg McQueen
Sal Albanese no es un hombre feliz. Hablando por teléfono unos días antes del primer debate programado en las elecciones generales, el candidato a la alcaldía Albanese estaba disgustado por haber sido excluido del evento televisado el 10 de octubre. Albanese, quien terminó en segundo lugar después de Bill de Blasio en la primaria demócrata del 12 de septiembre, ha continuado con su candidatura a la alcaldía postulándose en la boleta del Partido de la Reforma en las elecciones generales. A pesar de que se enfrentó a de Blasio en dos debates durante las primarias, Albanese no fue invitado a participar en el diálogo del 10 de octubre, que incluyó a de Blasio, la candidata republicana Nicole Malliotakis y al candidato independiente Bo Dietl. “La gente de la ciudad de Nueva York merece un debate completo y justo, no solo uno con ciertos candidatos”, dijo Albanese. “Las reglas establecidas por la Junta de Financiamiento de Campañas, que es financiada por los contribuyentes, son injustas”. Albanese cree que cumplió con los criterios para el debate, y presentó una demanda contra la Junta de Financiamiento de Campaña de la ciudad (CFB, por sus siglas en inglés) con la esperanza de participar. El viernes 6 de octubre, Albanese fue a la División de Apelaciones de la Corte Suprema del Estado de Nueva York, que encontró fundamentos para que la demanda fuese examinada por un panel completo de jueces de apelación. Sin embargo, ningún fallo ocurriría a tiempo para cambiar el estatus de Albanese para el debate, patrocinado por NY1 y WNYC. “Tienen a Bo Dietl, a quien de hecho dejé fuera, en el escenario”, señaló Albanese. “Eso es absurdo. Y sólo estoy nueve puntos detrás de Malliotakis, pero estoy siendo excluido”. En una encuesta emitida por la Universidad Quinnipiac el 5 de octubre, Albanese obtuvo el 8 por ciento de apoyo en la carrera por la alcaldía, en comparación con Malliotakis con un 17 por ciento y Dietl con un 4 por ciento. De Blasio tuvo una ventaja considerable, con el 61 por ciento de los votantes encuestados indicando su apoyo para la reelección. De acuerdo con las reglas de la CFB, para poder calificar para el debate, un candidato debe recaudar y gastar $500,000 dólares antes del 6 de octubre -lo que los tres participantes han hecho- o recaudar y gastar $174,225 dólares mientras obtengan el 8 por ciento de los votos en una encuesta de las Universidades Quinnipiac o Marist. Albanese parece haberlo hecho, gastando más de $180,000 dólares y alcanzando el 8% en la última encuesta, pero dijo que la CFB le informó que no están contando la encuesta porque Quinnipiac no incluyó a todos los candidatos en la encuesta. “La CFB está diciendo que es una encuesta no calificadora”, dijo Albanese. “Estamos viendo que estas reglas no tienen sentido”. En respuesta, el portavoz de la CFP, Matthew Sollars, señaló que las pautas de criterios para la participación en el primer debate de la elección general indican claramente que la encuesta debe “incluir a todos los candidatos en la papeleta”. “Los umbrales para los debates de 2017 se decidieron y publicaron meses antes y antes de que el campo de alcaldía fuera completo”, dijo Sollars. “Cambiar las reglas para adaptarse a las circunstancias cambiantes violaría la ley y minaría la administración objetiva y no partidista de los debates”. Se comprometió a revisar el sistema de financiamiento de campañas si es electo, utilizando un sistema de “cupones de democracia”, a través del cual los votantes elegibles recibirían cuatro vales de $25 dólares, que podrían aportar a un candidato de su elección. “Considero que es el patrón oro de las finanzas de campaña”, dijo Albanese, señalando que un programa similar fue lanzado en Seattle. “En lugar de retener fondos públicos hasta que un candidato llegue a umbrales poco realistas, los votantes tendrían más control”. Temiendo que los grupos de presión ejerzan demasiado poder dentro del gobierno de la ciudad, Albanese dijo que emitiría una orden ejecutiva que prohibiera a los grupos de presión ejercer influencia en las políticas. “No creo que los grupos de presión debieran convertirse en asesores del gobierno”, dijo. “Es un tremendo conflicto de intereses”. También acusó a de Blasio de servir a grandes desarrolladores inmobiliarios que contribuyeron a su primera campaña. “Todo esto es impropio”, dijo Albanese. “Creo que ha erosionado la confianza pública. Creo que muchos neoyorquinos piensan que la ciudad de Nueva York está a la venta bajo de Blasio”. Como alcalde, Albanese dijo que desecharía todas las propuestas de cambio de zonificación de la ciudad. “Es un regalo para los desarrolladores”, declaró, y pidió mejores subsidios de alquiler para las personas en refugios. Él ha propuesto un impuesto substancial en propiedades “pied-a-tierre”, poseídas por inversionistas extranjeros, y canalizar ese dinero para construir nuevas viviendas asequibles. También prometió usar desarrolladores sin fines de lucro para la construcción de complejos de viviendas asequibles en terrenos baldíos propiedad de la ciudad. Albanese nació en Italia y emigró a los Estados Unidos a los ocho años. Pasó tiempo como maestro de escuela pública y también sirvió en el Ayuntamiento durante 15 años. Es licenciado en Derecho por la Escuela de Derecho de Brooklyn. “La gente ya no puede vivir aquí”, comentó. “Crecí en Brooklyn, éramos trabajadores pobres. Mi madre fue capaz de criarnos con el salario de una trabajadora de ropa. Compré una casa en Brooklyn por $61,000 dólares cuando era maestro de escuela. Los profesores de la escuela apenas pueden permitirse vivir aquí ahora”. Albanese dijo que se inspira para ser candidato a alcalde en sus cuatro jóvenes nietos. “Me preocupa el tipo de ciudad en la que crecerán, o si podrán costear quedarse aquí”, dijo, “necesitamos asegurarnos de que esta ciudad sea un lugar para todos, no solo para los ricos”. Para obtener más información, por favor visite sal2017.com.
“New York City is for sale”
Mayoral candidate Sal Albanese fights on
On Fri., October 6th, Albanese went to the Appellate Division of the New York State Supreme Court, which found basis for the suit to be considered by a full panel of appellate judges. However, no ruling would happen in time to change Albanese’s status for the debate, which is sponsored by NY1 and WNYC.
Albanese said he feared exclusion from the debate would cause “irreparable damage” to his campaign, but insisted his mayoral bid would press on.
“La Ciudad de Nueva York está a la venta”
El candidato al alcalde Sal Albanese sigue luchando
Albanese dijo temer que la exclusión del debate causaría “un daño irreparable” a su campaña, pero insistió en que su candidatura a la alcaldía seguirá adelante.
Expresó su preocupación por que la ciudad de Nueva York de hoy no es el mismo lugar en el que creció, ya que la gente está siendo expulsada por el aumento de los costos de vivienda.