Milestones and music Hitos y música

Milestones and music
Memorial Fund marks decade of giving
Story and photos by Mónica Barnkow

Mark S. is no stranger to hardships.
Born in the Ukraine, he was diagnosed with cystic fibrosis as a young boy. He and his family would later move to Brooklyn. When he was 18, his father was sentenced to federal prison on fraud charges.
Faced with greater adversity than typically besets the average 20-year-old, Mark felt trapped in a circle of anger, resentment and despair. He ran into trouble with drugs, becoming a regular user of marijuana, OxyContin and heroin. There were run-ins with police, and arrests.
And then came the bass.
During one appearance in court, Mark was offered the opportunity to join a remediation program. He took it, and was linked with a music program.
There, he has learned to play bass guitar – and he says he has regained hope.
“It put me back on track,” said Mark.
The Music on Wheels program of which Mark is part is one of the many offered by the Acacia Network at its Residential Rehabilitation Recovery Program for Young Men.
The facility, inaugurated in May 2014, has a community college feel and offers its 40 residents a host of community-based services, including primary and specialty health care, to ensure whole person recovery and wellness.

And there is music.
There is an intensive musical arts program, with a band composed of residents who take up their instrument of choice. They learn to play and practice in earnest in the multipurpose room.
For Mark, it has proven a game-changer.
“It reminded me what was important in life.”
He is now determined to obtain a Bachelor’s Degree in Philosophy and a Master’s Degree in Literary Arts, and he wants to become a journalist.
Mark shared his story at the 10th Annual Julio Martínez Memorial Fund (JMMF) Breakfast held this past Thurs., Jun. 19th.
The fund provides direct support to residents, families and clients throughout the Acacia Network. They rely on the fund for essential services such as tuition assistance for academic and professional studies; program and professional development opportunities; coats and winter gear; and back-to-school supplies for children.

Milagros Baez-O’Toole, who leads the Board at Acacia, said that the support provided by private enterprise and non-profit organizations such as those present on Thursday made a difference.
“This is a good investment,” said Baez-O’Toole.
Founded in 1969, the Acacia Network is the largest Latino-founded non-for-profit organization in the country and the largest in New York State; it seeks to promote healthy and prosperous individuals and families with social and health services, in addition to offering housing, cultural and economic development programs.
The fund’s namesake Julio Martínez was a former drug addict who would later found and establish various successful community-based treatment programs and would serve as New York State’s Commissioner of Substance Abuse Services under Gov. Mario Cuomo.
The decision a decade ago to establish a scholarship fund in the name of the Puerto Rican native was a natural one, explained Acacia administrators, as his work was emblematic of the group’s mission.
“Acacia is one of the agencies that truly helps people in need,” said Héctor Díaz, Acacia’s President.
In his remarks, Acacia’s Chief Executive Officer Raul Russi specifically praised the efforts of City Council Speaker Melissa Mark-Viverito in addressing the oversized impact of stop and frisk encounters and misdemeanor crimes on young women and men of color in urban communities, many of whom struggle with poverty and the unique demands of families in need.
“We are very proud of her and the work she has done,” said Russi.

He also directly addressed the many young JMMF beneficiaries in the room.
“We want to support your education and make sure that you finish your degree,” said Russi.
Together with Mark S., two young men spoke openly about how their endeavors at Acacia have proven transformative.
“I am a success story whose final chapter is yet to be written,” said 21-year-old Aaron M., who struggled with substance abuse before enrolling in Acacia’s residential and music program. It is there he learned to play the electric guitar, and where he has become newly focused on his academic career. He will be attending the City University of New York’s (CUNY’s) Borough of Manhattan Community College (BMCC)in the fall.
Guillermo S. had endured abuse at home at an early age.

Now, his recovery and redirection as a member of the Acacia Network serves as an inspiration.
“I am currently a role model to the community and my peers,” he said.
His siblings too.
Chief Operating Officer Pam Mattel lauded the young men and highlighted that their early triumphs were indicative.
“There is no doubt that it is to you who we will all be turning to in the years to come,” she said. “You are our future – and we are so very proud.”
For more information, please visit www.acacianetwork.org or call 718.299.1100.
Hitos y música
Fondo conmemora década de servicio
Historia y fotos por Mónica Barnkow

Mark S. no es ajeno a las dificultades.
Nacido en Ucrania, fue diagnosticado con fibrosis quística cuando era niño. Él y su familia más tarde se mudaron a Brooklyn, pero cuando tenía 18 años, su padre fue condenado a prisión federal por cargos de fraude.
Enfrentándose a lo que parecía una mayor adversidad a la que normalmente aqueja a los chicos de 20 años de edad, Mark se sintió atrapado en un círculo de ira, resentimiento y desesperación. Tuvo problemas con las drogas, se convirtió en un usuario habitual de marihuana, oxicotina y heroína. Hubo roces con la policía y arrestos.
Luego vino el bajo.
Durante una comparecencia ante el tribunal, se le ofreció la oportunidad de unirse a un programa de rehabilitación. Él lo tomó y fue vinculado a un programa musical.
Ahí aprendió a tocar el bajo, y recuperó la esperanza.
“Me hizo retomar el camino”, dijo Mark.
El programa Música sobre Ruedas, del cual Mark forma parte, es uno de los muchos que ofrece la Red Acacia en su Programa de Recuperación y Rehabilitación Residencial para jóvenes.

La instalación, inaugurada en mayo de 2014, tiene una sensación de universidad comunitaria y ofrece a sus 40 residentes una serie de servicios, incluyendo atención primaria y especializada de salud, para asegurar la recuperación personal integral y el bienestar.
Y hay música.
Hay un programa intensivo de música y una banda compuesta por residentes que toman su instrumento de elección y aprenden a tocarlo y practican en serio en el salón de usos múltiples.
Para Mark resultó ser un punto de inflexión.
“Me recordó lo importante de la vida”.
Él está decidido a obtener una licenciatura en Filosofía y una Maestría en Artes Literarias. Quiere ser periodista.
Mark compartió su historia en el 10º Desayuno del Fondo Conmemorativo Julio Martínez (JMMF por sus siglas en inglés) celebrado el pasado jueves 19 de junio. El fondo ofrece apoyo directo a residentes, familias y clientes a través de la Red Acacia. Dependen del fondo para los servicios esenciales, tales como ayuda para la matrícula de estudios académicos y profesionales; la programación y el desarrollo profesional de oportunidades; abrigos y ropa de invierno y artículos para el regreso a clases para los niños.

Milagros Baez-O’Toole, quien encabeza la Junta en Acacia, dijo que el apoyo proporcionado por las organizaciones sin fines de lucro y las empresas privadas, tales como las presentes el jueves, marcaron la diferencia.
“Esta es una buena inversión”, dijo Báez-O’Toole.
Fundada en 1969, la Red Acacia es la organización sin fines de lucro, fundada por latinos, más grande en el país y la más grande en el estado de Nueva York; busca promover a individuos y familias saludables y prósperas con servicios sociales y de salud, además de vivienda y programas de desarrollo económico y cultural.
El homónimo del fondo, Julio Martínez, fue un ex adicto a las drogas quien más tarde encontró y estableció programas comunitarios exitosos de tratamiento y fungió como comisionado del estado de Nueva York para los Servicios de Abuso de Sustancias bajo el mandato del gobernador Mario Cuomo.
La decisión, tomada hace una década, de crear un fondo en el nombre del nativo de Puerto Rico fue natural, explicaron los administradores de Acacia, ya que su trabajo fue emblemático para la misión del grupo.
“Acacia es una de las agencias que realmente ayuda a las personas necesitadas”, dijo Héctor Díaz, presidente de Acacia.

En sus palabras, el director general de Acacia, Raúl Russi, elogió específicamente los esfuerzos de la presidenta del Concejo, Melissa Mark-Viverito, para abordar el enorme impacto de los enfrentamientos de detención y cacheo y los delitos menores en mujeres jóvenes y hombres de color en las comunidades urbanas, muchos de los cuales luchan contra la pobreza y las demandas únicas de las familias necesitadas.
“Estamos muy orgullosos de ella y del trabajo que ha hecho”, dijo Russi.
Después, se dirigió a los muchos jóvenes beneficiarios del JMMF en el lugar.
“Queremos apoyar su educación y asegurarnos de que terminen sus estudios”, dijo Russi.
Junto con Mark S., dos jóvenes hablaron abiertamente sobre cómo su propio trabajo en Acacia resultó transformador.
“Soy una historia de éxito cuyo capítulo final aún no se ha escrito”, dijo Aarón M. de 21 años de edad, quien tuvo problemas con el abuso de sustancias antes de inscribirse en el programa residencial y musical de Acacia. Ahí aprendió a tocar la guitarra eléctrica y logró enfocarse nuevamente en su carrera académica. Él asistirá al Community College del condado de Manhattan (BMCC por sus siglas en inglés), de la City University de Nueva York (CUNY por sus siglas en inglés), en el otoño.
Guillermo S. sufrió maltrato en el hogar durante sus años de adolescencia.

“Mi padre era muy estricto y físicamente abusivo”, dijo el chico de voz suave. Él y su familia llegaron de la República Dominicana cuando era joven. Su madre se quedó en un primer momento, y adaptarse a su ausencia, junto con un nuevo país y el idioma, fue una transición difícil. Empezó a quedarse fuera de casa, a consumir drogas y se convirtió en alguien demasiado familiar para las autoridades locales.
Ahora, su recuperación y reorientación como miembro de la Red Acacia sirve como fuente de inspiración.
“Actualmente soy un modelo a seguir para la comunidad y mis compañeros”, dijo.
Para sus hermanos también.
La directora de operaciones, Pam Mattel, elogió a los jóvenes.
“No hay duda de con ustedes nos dirigiremos en los años venideros”, dijo. “Ustedes son nuestro futuro y estamos muy orgullosos”.