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Lyme Disease and Mental Health
La enfermedad de Lyme y la salud mental

Lyme Disease and Mental Health

By Kathleen M. Pike

A female tick.

The joys of summer abound – sun, vacation, bike riding, swimming and hiking. All good things for our mental health. Generally. The thing is that lots of animals love this time of year, including ticks.

And where there are ticks, there is Lyme Disease. The black-legged tick is the only organism that can transmit Borrelia burgdorferi between animals or between animals and humans. Carried by a range of hosts, the black-legged tick is about the size of a poppy seed. If it is infected with Borrelia burgdorferi, its bite can have profound health implications.

Small tick, big bite.

 1. What is Lyme Disease? With more than 300,000 cases diagnosed each year, Lyme Disease is the most common tick-borne illness in the United States. Caused by the bacteria, Borrelia burgdorferi, the early signs and symptoms of Lyme Disease include fever, chills, headache, fatigue, muscle and joint pain, and swollen lymph nodes. People often think they have the flu. One of the best indicators that the problem is Lyme Disease is the distinctive rash that is caused by the tick bite. Sometimes the rash looks like a “bull’s eye” but most of the time, the rash is simply a red circle. Left untreated, or in its chronic state, Lyme Disease includes symptoms of fatigue, restless sleep, aching joints or muscles, pain or swelling in joints, decreased short-term memory or ability to concentrate, and speech problems.

 

2. What does this have to do with mental health?  More than you might think. While the media and the public health community focus on many of the health consequences of Lyme Disease, less attention has been paid to the mental health consequences that can coincide with Lyme Disease. It is often the case that infectious diseases associated with epidemics (e.g., Zeka and Ebola) are associated with significant mental health sequelae. It is also often the case that mental health symptoms are overlooked. Both are true for Lyme Disease, but increasingly significant cognitive and psychological symptoms are being recognized as part of the symptom pattern associated with untreated and/or chronic Lyme Disease.

 

Small in scale, not in consequence.

3. I’m depressed because a tick bit me? Depression has been reported in 8-45% of patients with post-treatment Lyme symptoms. But these numbers don’t tell the whole story. Many researchers believe that Lyme disease is vastly under-diagnosed. Diagnostic tests lack sensitivity, and the symptoms of Lyme disease often overlap with other disorders. Thus, the true prevalence of depression in those affected by untreated or undiagnosed Lyme disease may be much higher. And although better statistics are needed, Lyme Disease may be so debilitating in some cases that it is associated with increased risk for suicidality. The mental health implications may extend beyond depression and even suicide. Case studies suggest that Lyme Disease can be associated with symptoms common to schizophrenia and bipolar disorder, including paranoia, delusions, olfactory, auditory and visual hallucinations, catatonia, and mania.

 

4. It’s all in your head.  Inflammatory reactions and autoimmune symptoms in Lyme disease decrease serotonin and other chemicals that protect brain cells. Inflammation also increases neurotoxins, which might contribute to the neurological and cognitive deficits seen in patients with tick-borne infections. Damage to the hippocampal region of the brain due to the neurotoxins has been associated with depression and dementia. Taken together, there are multiple indications that this tick-borne disease has far-reaching neuropsychiatric implications.

A comprehensive overview.


5. Conquering Lyme Disease: Science Bridges the Great Divide. 
Drs. Brian A. Fallon and Jennifer Sotsky are Columbia Department of Psychiatry Faculty who are pioneering research and treatment for Lyme Disease. In their recent book, Conquering Lyme Disease,they provide up-to-the-minute science in their comprehensive overview of the biological basis of Lyme Disease and its mental health impact. Most importantly, they provide expert recommendations regarding current and emerging diagnostic tests, treatments, and prevention strategies. As experts, Fallon and Sotsky convey tremendous hope and confidence that we are on the cusp of more successfully treating and reversing this debilitating plague.

So, let’s enjoy bike riding, swimming and hiking and lots of outdoor fun. Let’s follow the preventative measures for Lyme Disease recommended by Fallon and Sotsky and other experts in the field. And let’s remember, that even if it is “all in our heads,” the origins mental health conditions vary widely – and can even start with the bite of a tick the size of a poppy seed.

 

Kathleen M. Pike, PhD is Professor of Psychology and Director of the Global Mental Health Program at the Columbia University Medical Center (CUMC). For more information, please visit cugmhp.org or call 646.774.5308.

 

La enfermedad de Lyme y la salud mental

Por Kathleen M. Pike

Una garrapata hembra.

Abundan las alegrías del verano: sol, vacaciones, andar en bicicleta, nadar y caminar. Todas cosas buenas para nuestra salud mental. El caso es que a muchos animales les encanta esta época del año, incluidas las garrapatas.

Y donde hay garrapatas, está la enfermedad de Lyme. La garrapata de patas negras es el único organismo que puede transmitir Borrelia burgdorferi entre animales o entre animales y humanos. Llevada por una variedad de portadores, la garrapata de patas negras es aproximadamente del tamaño de una semilla de amapola. Si está infectada con Borrelia burgdorferi, su mordedura puede tener profundas implicaciones para la salud.

Pequeña garrapata, gran mordida.

 1. ¿Qué es la enfermedad de Lyme? Con más de 300,000 casos diagnosticados cada año, la enfermedad de Lyme es la enfermedad transmitida por garrapatas más común en los Estados Unidos. Causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, Las primeras señales y síntomas de la enfermedad de Lyme incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y articulares e inflamación de los ganglios linfáticos. La gente a menudo piensa que tiene gripe. Uno de los mejores indicadores de que el problema es la enfermedad de Lyme es el sarpullido distintivo causado por la picadura de la garrapata. A veces, la erupción parece una “diana”, pero la mayoría de las veces, la erupción es simplemente un círculo rojo. Sin tratamiento, o en estado crónico, la enfermedad de Lyme incluye síntomas de fatiga, sueño inquieto, dolor en las articulaciones o los músculos, dolor o hinchazón en las articulaciones, disminución de la memoria a corto plazo o la capacidad de concentración y problemas del habla.

 

El Dr. Brian Fallon.

2. ¿Qué tiene esto que ver con la salud mental?Más de lo que parece. Mientras los medios y la comunidad de salud pública se enfocan en muchas de las consecuencias de la enfermedad de Lyme en la salud, se ha prestado menos atención a las consecuencias de salud mental que pueden coincidir con la enfermedad de Lyme. A menudo ocurre que las enfermedades infecciosas (por ej., zika y ébola) están asociadas a importantes secuelas de salud mental. También es frecuente que los síntomas de salud mental sean pasados por alto. Ambos son verdaderos para la enfermedad de Lyme, pero cada vez se reconocen más síntomas cognitivos y psicológicos como parte del patrón de síntomas asociado con la enfermedad de Lyme no tratada y / o crónica.

 

Pequeñas en escala, no en consecuencia.

3. ¿Estoy deprimido porque una garrapata me mordió?Se ha informado depresión en 8-45% de los pacientes con síntomas de Lyme post tratamiento. Pero estos números no cuentan toda la historia. Muchos investigadores creen que la enfermedad de Lyme está muy poco diagnosticada. Las pruebas de diagnóstico carecen de sensibilidad, y los síntomas de la enfermedad de Lyme a menudo se superponen con otros trastornos. Por lo tanto, la verdadera prevalencia de depresión en aquellos afectados por la enfermedad de Lyme no tratada o no diagnosticada puede ser mucho mayor. Y aunque se necesitan mejores estadísticas, la enfermedad de Lyme puede ser tan debilitante en algunos casos que se asocia con un mayor riesgo de suicidio.  Las implicaciones de salud mental pueden extenderse más allá de la depresión e incluso del suicidio. Estudios de caso sugieren que la enfermedad de Lyme puede asociarse con síntomas comunes de la esquizofrenia y el trastorno bipolar, que incluyen paranoia, delirios, alucinaciones olfativas, auditivas y visuales, catatonia y manía.

 

4. Todo está en la cabeza. Las reacciones inflamatorias y los síntomas autoinmunes en la enfermedad de Lyme disminuyen la serotonina y otros químicos que protegen las células del cerebro. La inflamación también aumenta las neurotoxinas, lo que podría contribuir a los déficits neurológicos y cognitivos observados en pacientes con infecciones transmitidas por garrapatas. El daño a la región del hipocampo del cerebro debido a las neurotoxinas se ha asociado con la depresión y la demencia. Tomados en conjunto, hay múltiples indicios de que esta enfermedad transmitida por garrapatas tiene implicaciones neuropsiquiátricas de gran alcance.

 

Una visión global.

5. Conquering Lyme Disease: Science Bridges the Great Divide.Los médicos Brian A. Fallon y Jennifer Sotsky son profesores del Departamento de Psiquiatría de Columbia, quienes son pioneros en la investigación y el tratamiento de la Enfermedad de Lyme. En su reciente libro Conquering Lyme Disease, brindan ciencia de última hora en su descripción integral de la base biológica de la enfermedad de Lyme y su impacto en la salud mental. Lo más importante es que brindan recomendaciones de expertos sobre pruebas de diagnóstico, tratamientos y estrategias de prevención actuales y emergentes. Como expertos, Fallon y Sotsky transmiten una tremenda esperanza y confianza de que estamos en la cúspide de tratar con más éxito y de revertir esta plaga debilitante.

 

Entonces, disfrutemos de andar en bicicleta, nadar y caminar y de mucha diversión al aire libre. Sigamos las medidas preventivas para la enfermedad de Lyme recomendadas por Fallon y Sotsky y otros expertos en el campo. Y recordemos que, incluso si está “todo en nuestras cabezas”, los orígenes de las condiciones de salud mental varían ampliamente, e incluso pueden comenzar con la picadura de una garrapata del tamaño de una semilla de amapola.

 

Kathleen M. Pike, PhD, es profesora de psicología y directora del Programa Mundial de Salud Mental en el Centro Médico de la Universidad Columbia (CUMC, por sus siglas en inglés). Para obtener más información, por favor visite cugmhp.org o llame al 646.774.5308.

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