Learning on the level
Aprendiendo en el nivel

Story and photos by Gregg McQueen
No Washington, no Hamilton, no Roosevelt. Motty attended a Yeshiva school until he was 18. For about an hour a day just twice a week, he was taught English and math. For only three years of his schooling. “No U.S. history. I bet most people [I went to school with] could not spell Washington or know who the U.S. presidents were,” he said. Motty joined with Jewish education advocates recently to challenge a recently enacted law they say weakens educational standards at orthodox Jewish schools. As the budget was finalized on April 1, the new legislation permitting allowances in state standards for schools with nonprofit status and extended school days such as yeshivas, was passed. At a City Hall press conference on April 5, members of Young Advocates for Fair Education, known as Yaffed, an activist group focused on improving educational curricula within ultra-Orthodox schools, and policy experts criticized the amendment as an eleventh-hour addition to the state budget. They singled out State Senator Simcha Felder from Brooklyn, a Democrat who caucuses with Republicans, for “holding the budget hostage” as he pushed for the amendment to be added to the $168 billion budget. Felder pressed for a measure that would exempt yeshivas and non-public schools from state education curriculum requirements, or at least relax them. State laws now dictate that non-public schools should provide a “substantially equivalent” education. The amendment pushed for by Felder allows for different standards for schools that start before 9 a.m. and end after 4 p.m., have nonprofit status and include a bilingual program, which detractors called a thinly veiled attempt to shield certain yeshivas from the state requirements. Naftuli Moster, Executive Director of Yaffed, said the amendment watered down standards at yeshiva schools for Hasidic boys. He said that yeshiva schools were failing to teach students math, science, social studies and English, which he suggested was harming Hasidic men. “The poverty in the Hasidic community is skyrocketing,” he said. “When boys get older and become adults, and they want to go out there and earn a living, they have a hard time getting employment.” It is estimated that approximately 57,000 students attend New York City yeshivas, which center their studies largely on the study of traditional Jewish and Hebraic texts. Critics have pointed to first-person testimonies of former students such as Motty who say they had no secular education, are often unable to read or write English, and struggle to find and maintain employment. Moster, himself a yeshiva graduate, has recalled being completely unfamiliar with scientific concepts. “These children don’t have an opportunity to study, to learn about the people that surround them,” said State Senator Marisol Alcántara, who recalled her Catholic school education, where she learned about slavery, the Holocaust and Native Americans. “When we live in such a diverse city, how can we not learn about each other?” “What this issue is about is educational neglect, pure and simple. That’s all,” added Councilmember Daniel Dromm, an ex-public school teacher. Michael Rebell, Executive Director of the Center for Educational Equity and a law professor at Columbia University, questioned the validity of the law. “This bill, on its face, is unconstitutional. You cannot carve out an exception to a general law for one small religious group,” Rebell said. Moster said his group was analyzing the legislation and mulling a potential challenge in court. He argued that Felder was harming the Jewish people. “How far will the legislature be forced to go along with his shenanigans and his backwards views? There has to be a limit,” said Moster. “Let’s hope that we’ll be able to reverse the damage.” Motty said that attending a Yeshiva school had “robbed” him of a decent education. “If you grew up in a Hasidic community, you have zero education, so there is no chance of getting a decent job,” he said. “Something needs to be done.”
Historia y fotos por Gregg McQueen
Ni Washington, ni Hamilton, ni Roosevelt. Motty asistió a una escuela yeshiva hasta que tuvo 18 años. Durante aproximadamente una hora al día solo dos veces a la semana, se le enseñó inglés y matemáticas. Durante tres años de su educación. “No hay historia de los Estados Unidos. Apuesto a que la mayoría de las personas (con las que fui a la escuela) no podrían deletrear Washington ni saber quiénes fueron los presidentes de los Estados Unidos”, dijo. Motty se unió recientemente a defensores de la educación judía para desafiar una ley recientemente promulgada que, según dicen, debilita los estándares educativos en las escuelas judías ortodoxas. Mientras el presupuesto era finalizado el 1° de abril, se aprobó la nueva legislación que permite concesiones en las normas estatales para las escuelas sin fines de lucro y días escolares extendidos, como las yeshivas. En una conferencia de prensa en el Ayuntamiento el 5 de abril, miembros de Jóvenes Defensores de la Educación Equitativa, conocido como Yaffed, un grupo de defensa centrado en mejorar los planes de estudio dentro de las escuelas ultra ortodoxas, y expertos en políticas, criticaron la enmienda como una adición de última hora al presupuesto estatal. Destacaron al senador estatal Simcha Felder de Brooklyn, un demócrata que se reunió con los republicanos para “mantener el presupuesto como rehén” mientras presionaba para que la enmienda fuera agregada al presupuesto de $168 mil millones de dólares. Felder presionó por una medida que exima a las yeshivas y las escuelas privadas de los requisitos del plan de estudios de educación estatal, o al menos relajarlos. Las leyes estatales ahora dictan que las escuelas privadas deben proporcionar una educación “sustancialmente equivalente”. La enmienda promovida por Felder permite diferentes estándares para las escuelas que comienzan antes de las 9 a.m. y terminan después de las 4 p.m., tienen un estado sin fines de lucro e incluyen un programa bilingüe – lo cual sus detractores llamaron un intento oculto para proteger ciertas yeshivas de los requisitos estatales. Naftuli Moster, director ejecutivo de Yaffed, dijo que la enmienda diluyó los estándares en las escuelas yeshiva para niños jasídicos. Dijo que las escuelas yeshiva no enseñan matemáticas, ciencias, estudios sociales ni inglés a los estudiantes, lo que, según sugirió, perjudica a los hombres jasídicos. “La pobreza en la comunidad jasídica se está disparando”, dijo. “Cuando los niños crecen y se vuelven adultos, y quieren salir y ganarse la vida, les resulta difícil conseguir un empleo”. Se estima que aproximadamente 57,000 estudiantes asisten a las yeshivas de la ciudad de Nueva York, las cuales se centran principalmente en el estudio de textos judíos y hebreos tradicionales. Críticos como Motty y Moster han argumentado que a menudo los estudiantes no reciben instrucción adecuada en matemáticas, ciencias, historia ni artes del lenguaje inglés, entre otros. Han señalado testimonios en primera persona de ex alumnos como Motty, que dicen que no tuvieron educación secular, a menudo no pueden leer ni escribir en inglés, y luchan por encontrar y mantener un empleo. Moster, él mismo un graduado yeshiva, recuerda desconocer completamente conceptos científicos. “Estos niños no tienen la oportunidad de estudiar, de aprender de las personas que los rodean”, dijo la senadora estatal Marisol Alcántara, quien recordó su educación escolar católica, donde aprendió sobre la esclavitud, el Holocausto y los nativos americanos. “Cuando uno vive en una ciudad tan diversa, ¿cómo no podemos aprender unos de otros?” “De lo que se trata este tema es de negligencia educativa, pura y simple. Eso es todo”, agregó el concejal Daniel Dromm, un ex maestro de escuela pública. Michael Rebell, director ejecutivo del Centro para la Equidad Educativa y profesor de derecho en la Universidad Columbia, cuestionó la validez de la ley. “Esta ley, en sí misma, es inconstitucional. No se puede forzar una excepción a una ley general para un pequeño grupo religioso”, dijo Rebell. Moster dijo que su grupo está analizando la legislación y evaluando un posible desafío en los tribunales. Argumentó que Felder está perjudicando al pueblo judío. “¿Hasta qué punto se obligará a la legislatura a aceptar sus travesuras y sus opiniones negativas? Tiene que haber un límite”, dijo Moster. “Esperemos poder revertir el daño”. Motty dijo que asistir a una escuela yeshiva le “robó” una educación decente. “Si creciste en una comunidad jasídica, tienes cero educación, por lo que no hay posibilidad de conseguir un trabajo decente”, dijo. “Algo se tiene que hacer”.
Learning on the level
Demanding secular ed in yeshivas
students attend New York City yeshivas.
video.Aprendiendo en el nivel
Demandan educación secular en yeshivas
cartelera.
inconstitucional”, dijo Michael Rebell,
director ejecutivo del Centro para la
Equidad Educativa.