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“It’s very difficult to survive”
“Es muy difícil sobrevivir”

“It’s very difficult to survive”

Uncertain fate lingers for displaced families

Story and photos by Gregg McQueen


“Desperation, agony, frustration, anger, sadness, this is what I feel,” said Andrea Tejada.
“Desperation, agony, frustration, anger,
sadness, this is what I feel,” said Andrea Tejada.

Displaced – and unmoored.

The Federal Emergency Management Agency (FEMA) has made a last-minute extension to its housing program for evacuees displaced from Puerto Rico by Hurricane María – but what remains unclear is if their removal has merely been delayed another month.

The agency’s Transitional Sheltering Assistance (TSA) program, which allows eligible individuals and families to live in participating hotels at no cost, was set to expire on Sat., April 21, threatening to displace 83 families in New York City.

However, FEMA announced on April 20 that it had granted a blanket extension of TSA until May 14.

“Our demands have been heard and FEMA is temporarily extending assistance for the 83 Puerto Rican families set to lose their shelter in New York City. But the fight is not over,” said Mayor Bill de Blasio in a statement. “We will continue to press FEMA to ensure these U.S. citizens have roofs over their heads. Survivors of a natural disaster who have found temporary refuge in our city deserve nothing less.”

As the TSA deadline loomed, advocates staged a large rally in front of City Hall on April 19 to call attention to the plight of individuals displaced from Puerto Rico.

Peter Gudaitis, Executive Director of New York Disaster Interfaith Services, (NYDIS), said the federal government should enact the same type of disaster recovery program that it would “if the hurricane had hit New York.”

“That means a disaster case management contract from FEMA, that means job placement services, federally funded mental health assistance, access to food assistance like SNAP,” Gudaitis said.

State Senator Gustavo Rivera, who was born and raised in Puerto Rico, called the federal government’s response to the disaster an “utter, racist failure.”

The NYDIS organization estimates it has assessed over 2,600 families.
The NYDIS organization estimates it has
assessed over 2,600 families.

“We saw how thousands of Puerto Ricans were forced to leave the island not because they wanted to, but because they had to,” he said.

“This administration has said they’re not worthy of support, that they’re not worthy of keeping temporary housing,” Rivera added, calling on the government to extend the TSA program.

Gudaitis said that NYDIS has assessed over 2,600 families, 60 percent of whom have stated that they prefer to stay in New York City, but struggle to find employment and housing.

“There are no programs to provide them with these services in a coordinated way,” he said.

Some called on the city to do more to help hurricane victims, noting that Puerto Rico had just undergone an island-wide power blackout in the past week.

Activist María Beri.
Activist María Beri.

“The city has to provide long-term assistance,” said Dr. Marta Moreno Vega, founder of the Caribbean Cultural Center African Diaspora Institute (CCADI).

“People being displaced from their home forcibly, being put in a hotel for a short period of time, without the necessary support system or networking system to make sure that they can adjust, is a crime. It’s a human rights violation.”

Andrea Tejada has been living in a hotel with her four-year-old daughter, aided by the FEMA TSA program. The San Juan native came to the U.S. after Hurricane María destroyed her home.

While FEMA assistance helped put a roof over her head, Tejada said the experience has been difficult.

“Desperation, agony, frustration, anger, sadness, this is what I feel,” she remarked. “I am a single mother. I have no family here. The other evacuees in the hotel have become my family.”

The Caguas mountainous region was one of the hardest hit by Hurricane María. Photo: FEMA/D. Palmer
The Caguas mountainous region was one of the
hardest hit by Hurricane María. Photo:
FEMA/D. Palmer

“These families are in limbo,” said Lizette Colon, a counselor at Hostos Community College, who has been assisting displaced Puerto Ricans. She said most are not sure what they will do when their TSA runs out. “They would love to be placed in a shelter all together, so at least they would have that support system, but I’m sure that won’t happen,” Colon said.

Tejada said she receives $145 in food stamps every two weeks, but much of that money is spent on public transportation. She must travel to the Bronx every weekday to take her daughter to preschool.

“You have to make miracles with that money,” remarked Colon. “It’s very difficult to survive.”

Tejada said that her displaced status has made put her in a constant state of uncertainty.

“I don’t feel like I belong here, I don’t feel like I belong in Puerto Rico,” she said.

For more information, please visit www.nydis.org or call 212.669.6100.

“Es muy difícil sobrevivir”

Destino incierto persiste para las familias desplazadas

Historia y fotos por Gregg McQueen


“The city has to provide long-term assistance,” said Dr. Marta Moreno Vega.
“La ciudad tiene que proporcionar asistencia a
largo plazo”, dijo la Dra. Marta Moreno Vega.

Desplazados, y no amarrados.

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) hizo una extensión de última hora a su programa de vivienda para los evacuados desplazados de Puerto Rico por el huracán María, pero lo que no está claro es si su traslado se ha retrasado un mes más.

El programa de Asistencia Transitoria de Refugio (TSA, por sus siglas en inglés) de la agencia, que permite que individuos y familias elegibles vivan en hoteles participantes sin costo, expiró el sábado 21 de abril y amenazó con desplazar a 83 familias en la ciudad de Nueva York.

Sin embargo, FEMA anunció el 20 de abril que había otorgado una extensión general de TSA hasta el 14 de mayo.

“Nuestras demandas han sido escuchadas y FEMA está extendiendo temporalmente la asistencia a las 83 familias puertorriqueñas asignadas para perder su refugio en la ciudad de Nueva York. Pero la lucha no ha terminado”, dijo el alcalde Bill de Blasio en un comunicado. “Continuaremos presionando a FEMA para garantizar que estos ciudadanos estadounidenses tengan un techo sobre la cabeza. Los sobrevivientes de un desastre natural que han encontrado refugio temporal en nuestra ciudad no merecen nada menos”.

“There are no programs to provide services in a coordinated way,” said NYDIS’ Peter Gudaitis.
“No hay programas para proporcionar servicios
de manera coordinada”, dijo Peter Gudaitis del
NYDIS.

A medida que se acercaba la fecha límite de TSA, los defensores organizaron una gran manifestación frente al Ayuntamiento el 19 de abril para llamar la atención sobre la difícil situación de las personas desplazadas de Puerto Rico.

Peter Gudaitis, director ejecutivo de Servicios Interreligiosos de Desastres de Nueva York (NYDIS, por sus siglas en inglés), dijo que el gobierno federal debería promulgar el mismo tipo de programa de recuperación de desastres que “si el huracán hubiera golpeado a Nueva York”.

“Eso significa un contrato de manejo de casos de desastre de FEMA, con servicios de colocación laboral, asistencia de salud mental financiada con fondos federales y acceso a asistencia alimentaria como SNAP”, dijo Gudaitis.

El senador estatal Gustavo Rivera, quien nació y se crio en Puerto Rico, calificó la respuesta del gobierno federal al desastre como un “fracaso total y racista”.

“Vimos cómo miles de puertorriqueños fueron forzados a abandonar la isla no porque quisieran, sino porque tenían que hacerlo”, dijo.

83 families in New York City were under threat of displacement.
83 familias en la ciudad de Nueva York estaban
bajo amenaza de desplazamiento.

“Esta administración ha dicho que no son dignos de apoyo, que no son dignos de mantenerlos en una vivienda temporal”, agregó Rivera, y pidió al gobierno ampliar el programa TSA.

Gudaitis dijo que el NYDIS ha evaluado a más de 2,600 familias, el 60 por ciento de las cuales han declarado que prefieren quedarse en la ciudad de Nueva York, pero tienen dificultades para encontrar empleo y vivienda.

“No hay programas para proporcionarles estos servicios de manera coordinada”, dijo.

Algunos pidieron a la ciudad hacer más para ayudar a las víctimas del huracán, y señalaron que Puerto Rico sufrió un corte de energía en toda la isla la semana pasada.

“La ciudad tiene que brindar asistencia a largo plazo”, dijo la Dra. Marta Moreno Vega, fundadora del Centro Cultural Caribeño Instituto de la Diáspora Africana (CCADI, por sus siglas en inglés).

“These families are in limbo,” said Lizette Colon.
“Estas familias están
en el limbo”, dijo
Lizette Colon.

“Que la gente que se ve obligada a abandonar su hogar por la fuerza, sea puesta en un hotel por un corto período, sin el sistema de apoyo o de red necesarios para asegurarse de que pueda adaptarse, es un crimen. Es una violación de los derechos humanos”.

Andrea Tejada ha estado viviendo en un hotel con su hija de cuatro años, ayudada por el programa FEMA TSA. La nativa de San Juan llegó a los Estados Unidos después de que el huracán María destruyera su hogar.

Si bien la asistencia de FEMA le ayudó a poner un techo sobre su cabeza, Tejada dijo que la experiencia ha sido difícil.

“Desesperación, agonía, frustración, ira, tristeza, esto es lo que siento”, comentó. “Soy una madre soltera. No tengo familia aquí. Los otros evacuados en el hotel se han convertido en mi familia”.

“Estas familias están en el limbo”, dijo Lizette Colón, consejera de Hostos Community College, quien ha estado ayudando a los puertorriqueños desplazados. Dijo que la mayoría no está segura de lo que harán cuando se agote su TSA. “Les encantaría ser colocados juntos en un refugio, así al menos tendrían ese sistema de apoyo, pero estoy segura de que eso no sucederá”, dijo Colón.

Tejada dijo que recibe $145 dólares en cupones de alimentos cada dos semanas, pero gran parte de ese dinero lo gasta en transporte público. Ella debe viajar al Bronx todos los días para llevar a su hija al preescolar.

“Tienes que hacer milagros con ese dinero”, comentó Colón. “Es muy difícil sobrevivir”.

Tejada dijo que su estado de desplazada ha hecho que se sienta en un constante estado de incertidumbre.

“No siento que pertenezco aquí, no siento que pertenezco a Puerto Rico”, dijo.

Para obtener más información, por favor visite www.nydis.org o llame al 212.669.6100.


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