
“This shouldn’t be allowed”
PA Williams pans Hudson Yards project
By Gregg McQueen

Bring the cards, leave the cash.
Billed by developers as “the largest private real estate development in the history of the United States,” Hudson Yards boasts one million square feet of retail space.
Though the $25 billion redevelopment has billed itself as the city’s new retail destination, Public Advocate Jumaane Williams is no fan.
At a press conference on Tues., Apr. 16th, Williams noted that several eateries and stores at the Hudson Yards complex do not accept cash, which he said discriminates against the 12 percent of New York City residents who are unbanked and 25 percent that are underbanked.
Though the gargantuan residential, office and retail complex on Manhattan’s West Side opened to great fanfare on March 15, Williams is denouncing its inclusion of cashless businesses and accusing its developers of exploiting a visa program intended to help distressed neighborhoods.
The cash-free businesses “are rubbing salt in the wounds to a project that we all knew was not for the majority of this city to begin with,” Williams said, remarking that many Hudson Yards stores are luxury retail shops that many New Yorkers cannot afford.
He expressed strong support for pending City Council legislation sponsored by Bronx Councilmember Ritchie Torres that would ban cashless businesses in the city.
Known as Intro 1281, the bill would prohibit retail and food establishments from adopting policies in which they refuse to accept payment in cash from consumers.

On February 14, the Committee on Consumer Affairs held a hearing on the bill, which features 19 co-sponsors.
“A cashless business model is a discriminatory model that excludes the unbanked and people without access to credit,” Torres said at the hearing.
Williams said that cashless businesses are sending an “unacceptable message” that a percentage of New Yorkers are not welcome to shop or eat there.
“I hope they pass that ban as fast as they can,” he said of the Council legislation.
The Public Advocate also complained that the Hudson Yards project raised $1.2 billion of
its financing through a visa program known as EB-5, which allows foreign investors in a real estate project to purchase visas for their families.
“The state is using low income people in order to fund a playground for the wealthy,” charged Williams.
Congress created the EB-5 program in 1990 to stimulate the U.S. economy through job creation and capital investment by foreign investors.
Investors must contribute between $500,000 and $1 million into a project to be eligible, reported the urban city newsletter CityLab.com, making it a favorite for wealthy families abroad.
In order to qualify for the EB-5 financing, a development project must reside within a Targeted Employment Area (TEA) that meets certain unemployment levels.

The map that New York State’s Empire State Development (ESD) used to qualify Hudson Yards for EB-5 financing goes up the West Side of Manhattan and includes Central Park and Harlem. Inclusion of public housing facilities in the TEA provided a higher unemployment rate for Hudson Yards to qualify for another $1.2 billion in financing.
“They created a gerrymandered district that goes all the way up to 110th Street to include New York City Housing Authority (NYCHA) houses so that rich people who live in other countries can purchase visas to get their families here,” stated Williams, who lamented that none of the financing would assist public housing families.
“So quite literally, this project was built on the backs of people who need the most help,” he remarked. “This is astonishing.”
Williams questioned if any of the jobs at Hudson Yards even went to NYCHA residents.
“Even if they are employed here, they probably can’t afford to shop here. And if they go to lunch, they’d better not have cash,” he said.
Visa also recently announced a partnership with Hudson Yards, calling itself a “driving force behind the dream of a cashless future for everyone, everywhere.”
The company announced it was “the official payment technology partner” of the complex, and said it “plans to develop programs to pilot and promote unique, ‘only at’ payments experiences for cardholders on the property.”

In a statement, a spokesperson for Hudson Yards said that the project’s use of the EB-5 program was done by the rules.
“We utilized a program set up by the federal government and followed the applicable rules,” the statement said. “By utilizing the EB-5 program we were able to finance the critical infrastructure for the project, the platform, where traditional financing was all but non-existent in the post-recession marketplace.”
Williams called on the state to reconsider standards for redrawing districts related to EB-5.
“I’m definitely calling on the state to review this, because this makes no sense. This shouldn’t be allowed,” he said.
“It is quite clear that this project was not of the majority of this city. To the extent that it’s beautiful and can help with tourism, it’s awesome,” Williams stated. “But we can’t do it on the back of New York City people who are fighting for housing, trying to buy food to eat.”
“Esto no debería ser permitido”
Defensor del pueblo critica el proyecto Hudson Yards
Por Gregg McQueen

Traiga sus tarjetas, deje el dinero en efectivo.
Presentado por los desarrolladores como “el más grande desarrollo inmobiliario privado en la historia de los Estados Unidos”, Hudson Yards presume un millón de pies cuadrados de espacio comercial.
Aunque la reurbanización de $25 mil millones de dólares se ha anunciado como el nuevo destino minorista de la ciudad, el defensor del pueblo, Jumaane Williams no es ningún fanático.
En una conferencia de prensa el martes 16 de abril, Williams destacó que varios restaurantes y tiendas en el complejo Hudson Yards no aceptan dinero en efectivo, lo cual, señaló, discrimina al 12 por ciento de los residentes de la ciudad de Nueva York que no cuentan con servicios bancarios y al 25 por ciento con servicios bancarios insuficientes.
Si bien el gigantesco complejo residencial, de oficinas y comercios en el lado oeste de Manhattan fue inaugurado bajo gran fanfarria el 15 de marzo, Williams critica su inclusión de negocios sin dinero en efectivo y acusa a sus desarrolladores de explotar un programa visa destinado a ayudar a los vecindarios en dificultades.
Los negocios sin efectivo “están echando sal en las heridas de un proyecto que todos sabíamos que no era para la mayoría de esta ciudad, para empezar”, dijo Williams, señalando que varias tiendas de Hudson Yards son minoristas de lujo que muchos neoyorquinos no pueden costear.
Expresó su firme apoyo a la legislación pendiente del Concejo de la Ciudad presentada por el concejal del Bronx Ritchie Torres, que prohibiría los negocios sin efectivo en la ciudad.

Conocido como Intro 1281, el proyecto de ley prohibiría a los establecimientos minoristas y de alimentos adoptar políticas en las que se nieguen a aceptar pagos en efectivo de los consumidores.
El 14 de febrero, la Comisión de Asuntos del Consumidor celebró una audiencia sobre el proyecto de ley, que cuenta con 19 copatrocinadores.
“Un modelo de negocio sin efectivo es uno discriminatorio que excluye a las personas que no cuentan con servicios bancarios y personas sin acceso al crédito”, dijo Torres en la audiencia.
Williams dijo que las empresas sin dinero en efectivo están enviando un “mensaje inaceptable” de que un porcentaje de neoyorquinos no pueden comprar o comer ahí.
“Espero que aprueben esa prohibición lo más rápido posible”, dijo sobre la legislación del Concejo. El defensor del pueblo también se quejó de que el proyecto Hudson Yards recaudó $1,200 millones de dólares de su financiamiento a través de un programa visa conocido como EB-5, que permite a los inversionistas extranjeros en un proyecto de bienes raíces comprar visas para sus familias.
“El estado está utilizando a personas de bajos ingresos para financiar un patio de recreo para los ricos”, acusó Williams.
El Congreso creó el programa EB-5 en 1990 para estimular la economía de los Estados Unidos a través de creación de empleos e inversión de capital por parte de inversionistas extranjeros.
Los inversionistas deben contribuir entre $500,000 y $1 millón de dólares para que un proyecto sea elegible, según informa el boletín urbano de la ciudad, CityLab.com, lo que lo convierte en el favorito de las familias adineradas en el extranjero.

Para calificar para la financiación EB-5, un proyecto de desarrollo debe residir dentro de un Área de Empleo Específico (TEA, por sus siglas en inglés) que cumpla con ciertos niveles de desempleo.
El mapa que utilizó el estado de Nueva York para calificar a Hudson Yards para financiamiento EB-5 sube por el lado oeste de Manhattan e incluye Central Park y Harlem. La inclusión de instalaciones de vivienda pública en la TEA proporcionó una tasa de desempleo más alta para Hudson Yards para calificar para otros $1,200 millones de dólares en financiamiento.
“Ellos crearon un distrito de gran diversidad que se extiende hasta la calle 110 para incluir las casas de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, por sus siglas en inglés) para que las personas ricas que viven en otros países puedan comprar visas para traer a sus familias”, dijo Williams, quien lamentó que ninguna parte del financiamiento ayude a las familias de viviendas públicas.
“Así que, literalmente, este proyecto se construyó sobre la espalda de las personas que necesitan más ayuda”, comentó. “Es increíble”.
Williams cuestionó si alguno de los puestos de trabajo en Hudson Yards acaso fueron para los residentes de NYCHA. “Incluso si trabajan aquí, probablemente no pueden darse el lujo de comprar aquí. Y si van a almorzar, es mejor que no tengan dinero en efectivo”, comentó.
Visa también anunció recientemente una asociación con Hudson Yards, calificándose como una “fuerza impulsora detrás del sueño de un futuro sin efectivo para todos, en todas partes”.

La compañía anunció que es el “socio oficial de tecnología de pago” del complejo, y dijo que “planea desarrollar programas piloto y promover experiencias únicas de pagos para los titulares de tarjetas en la propiedad”.
En un comunicado, un portavoz de Hudson Yards dijo que el uso del proyecto del programa EB-5 se llevó a cabo según las reglas.
“Utilizamos un programa establecido por el gobierno federal y seguimos las reglas aplicables”, dice el comunicado. “Al utilizar el programa EB-5, pudimos financiar la infraestructura crítica para el proyecto, la plataforma, donde el financiamiento tradicional era prácticamente inexistente en el mercado de pos-recesión”.
Williams pidió al estado reconsiderar los estándares para volver a dibujar los distritos relacionados con el EB-5.
“Definitivamente pediré al estado que revise esto, porque no tiene sentido. Esto no debería ser permitido”, dijo.
“Es bastante claro que este proyecto no fue de la mayoría de esta ciudad. En la medida en que es hermoso y puede ayudar con el turismo, es increíble”, dijo Williams. “Pero no podemos hacerlo sobre las espaldas de los neoyorquinos que luchan por una vivienda, que tratan de comprar comida para comer”.