Comptroller makes his case
El contralor presenta su caso

Comptroller makes his case
Story and photos by Gregg McQueen

Disparity. Wage theft. Housing stock.
Few of the challenges faced by city residents were left untouched during a recent wide-ranging discussion with City Comptroller Scott M. Stringer.
Stringer took part in a recent Q&A sponsored by the Center for Community and Ethnic Media (CCEM) at CUNY’s Graduate School of Journalism as part of its Newsmakers Series.
At the October 15 session, Stringer was queried by a panel led by Errol Louis, Director of the Urban Reporting Program at CUNY Graduate School of Journalism and host of NY1’s Inside City Hall show, and featuring two reporters from the city’s ethnic media, Norwood News’ David Cruz and Caribbean Life’s Tequila Minsky.
Members of the general community press also questioned the Comptroller on a variety of issues.
Stringer, considered the city’s chief financial officer, argued that there is a prevailing notion of New York as two separate cities.
“We have one city for the very rich, and another city for the very poor, and very little in between,” he remarked.
Stringer said his office has focused on putting forth an economic agenda that is truly attainable.
“We have thought a lot about how we bring people up to the middle class,” he said.
The Comptroller emphasized three important needs for advancing New York City’s economy: raising the hourly minimum wage to $15, investing in small businesses, particularly those owned by women or minorities, and improving corporate diversity.
Stringer — who referred to the executive boards of top companies as “too male, too pale and too stale” — said that increasing diversity in corporate America would help close the income inequality gap.
The Q&A session was held one day after Stringer released his second annual report card that grades city agencies on how much spending they do with minority and women-owned businesses.
The report, which gives letter grades to 32 agencies as well as the city itself, detailed that out of New York’s $13.8 billion annual procurement budget for 2015, only 5.3 percent of the money was spent with minority and women-owned businesses.
Also, less than 2 percent of the 46,000 vendors doing business with New York City are minority or women-owned.
Stringer gave the city an overall D+ rating for its performance in contracting with these types of businesses.
“A lot of bureaucrats don’t want to take the time of going out and identifying firms and working with these firms, he commented. “It is hard work.”
However, Stringer expressed confidence his letter grading system would eventually be successful in holding city agencies more accountable.

Stringer revealed to journalists that the Human Resources Administration is now reviewing contracts for the city’s homeless shelters. In the past, the contracts had been handled by the Department of Homeless Services (DHS).
Stringer, who previously rejected several shelter contracts that DHS had already approved, suggested that the agency was not following through on inspections and that some of the shelters it green-lighted had unacceptable sanitary conditions.
The Comptroller also had strong words regarding NYCHA, explaining that his office has conducted six different audits of the agency.
One audit uncovered that 80 apartments in NYCHA’s housing stock remained vacant for more than 10 years.
Stringer stated that the agency is in need of “a real honest, wholesale reform” — or else, the city’s housing system would collapse.
Stringer also commented on the campaign he launched in August to locate more than 1,000 workers who are owed $3.7 million in unpaid wages.
The money was ripped off from workers by contractors who failed to pay required prevailing wages.
Since taking office, Stringer has banned 21 firms from doing business with the city due to cheating workers out of wages.
“I want to give this money back to the people who deserve it, who earned it,” Stringer said. “We want people to contact us.”
New Yorkers need not fear revealing their immigration status when coming forward to claim wages, said Stringer.
“Citizen status is not asked,” he explained. He said the campaign to locate workers has so far been successful, with a more detailed announcement from his office coming soon.
Stringer was coy when asked about his desire to mount a future run for mayor.
“I don’t stay up at night thinking about a job other than the one I have,” remarked Stringer. “I don’t know what the future brings.”
El contralor presenta su caso
Historia y fotos por Gregg McQueen
Disparidad. Robo de sueldos. Viviendas existentes.
Pocos de los desafíos que enfrentan los residentes de la ciudad se quedaron sin tocar durante un reciente debate de amplio alcance con el contralor de la ciudad, Scott M. Stringer.
Stringer participó en una reciente sesión de preguntas y respuestas patrocinada por el Centro para la Comunidad y Medios de Comunicación Étnicos (CCEM por sus siglas en inglés) de la Escuela de Posgrado de Periodismo de CUNY como parte de su serie Newsmakers.
En la sesión del 15 de octubre, Stringer fue cuestionado por un panel dirigido por Errol Louis, director del programa de Reportajes Urbanos de la Escuela de Posgrado de Periodismo de CUNY y anfitrión de NY1’sInside City Hall, y dos reporteros de medios de comunicación étnicos de la ciudad, David Cruz de Norwood News y Tequila Minsky de Caribbean Life’s.
Miembros de la prensa de la comunidad también cuestionaron al contralor sobre una variedad de temas.
Stringer, considerado el director financiero de la ciudad, sostuvo que hay una noción prevaleciente de Nueva York como dos ciudades separadas.
“Tenemos una ciudad para los muy ricos, otra para los más pobres y muy poco en el medio”, remarcó.
Stringer dijo que su oficina se ha centrado en impulsar una agenda económica que sea realmente alcanzable.
“Hemos pensado mucho sobre cómo llevar a la gente a la clase media”, dijo.
El contralor destacó tres necesidades importantes para el avance de la economía de la ciudad de Nueva York: el aumento del salario mínimo a $15 dólares por hora, invertir en los pequeños negocios, en particular las pertenecientes a mujeres o minorías, y mejorar la diversidad corporativa.

Stringer, quien se refirió a las juntas ejecutivas de las principales empresas como “demasiado masculinas, pálidas y viejas”, dijo que aumentar la diversidad en la América corporativa podría ayudar a cerrar la brecha de la desigualdad de ingresos.
La sesión de preguntas y respuestas tuvo lugar un día después de que Stringer lanzara su segundo reporte anual que califica a las agencias de la ciudad respecto a los gastos que hacen con las empresas propiedad de mujeres y minorías.
El informe, que da calificaciones con letra a 32 organismos, así como a la propia ciudad, detalló que de los $13.8 miles de millones de presupuesto anual de adquisiciones de Nueva York para el año 2015, sólo el 5.3 por ciento del dinero se invirtió en negocios propiedad de mujeres y minorías.
Además, menos del 2 por ciento de los 46,000 vendedores que hacen negocios con la ciudad de Nueva York son propiedad de mujeres y minorías.
Stringer dio a la ciudad una calificación total de D+ en su desempeño en la contratación de este tipo de empresas.
“Muchos burócratas no quieren tomarse el tiempo de salir, identificar empresas y trabajar con ellas”, comentó. “Es un trabajo duro”.
Sin embargo, expresó su confianza en que su sistema de calificaciones terminará teniendo éxito en hacer más responsables a las agencias de la ciudad.
Stringer reveló a los periodistas que la Administración de Recursos Humanos está revisando los contratos de la ciudad de los refugios para las personas sin hogar. En el pasado, estos contratos habían sido manejados por el Departamento de Servicios para las personas sin Hogar (DHS por sus siglas en inglés).
Stringer, quien rechazó previamente varios contratos de refugio que ya habían sido aprobados por el DHS, sugirió que la agencia no estaba dando seguimiento a través de inspecciones y que algunos de los refugios que había autorizado estaban en condiciones sanitarias inaceptables.
El contralor también tuvo palabras fuertes con respecto a NYCHA, explicando que su oficina ha llevado a cabo seis diferentes auditorías de la agencia.
Una auditoría reveló que 80 apartamentos en viviendas de NYCHA se mantuvieron desocupados durante más de 10 años.

Stringer dijo que la agencia está en la necesidad de “una verdadera reforma, honesta y completa” o de lo contrario el sistema de vivienda de la ciudad colapsaría.
Stringer también se refirió a la campaña que lanzó en agosto para localizar más de mil trabajadores a quienes se les adeudan $3.7 millones de dólares en salarios no pagados.
El dinero fue robado a los trabajadores por contratistas, pues no les pagaron los salarios vigentes requeridos. Desde que asumió el cargo, Stringer ha prohibido a 21 empresas hacer negocios con la ciudad debido al engaño respecto a los salarios de los trabajadores.
“Quiero entregar este dinero a las personas que se lo merecen, a quienes se lo ganaron”, dijo Stringer. “Queremos que la gente nos contacte”.
Los neoyorquinos no deben temer revelar su estatus migratorio cuando vengan a reclamar los salarios, dijo Stringer.
“No se pregunta el estatus ciudadano”, explicó. Dijo que la campaña para localizar a los trabajadores ha sido hasta ahora un éxito y que habrá un anuncio más detallado de su oficina en breve.
Stringer fue evasivo cuando se le preguntó acerca de su deseo de lanzar una futura carrera para la alcaldía.
“No me quedo despierto por la noche pensando en un trabajo que no sea el que tengo”, comentó Stringer. “No sé qué depara el futuro”.