
Children’s Aid Society unveils new hub of care
Story and photos by Robin Elisabeth Kilmer

Sliding glass doors, thick window frames, tinted glass and toy houses.
This is no longer the stuff of fantasy for some residents of the Bronx, but more a dream come true.
The Children’s Aid Society celebrated the opening of its new Bronx headquarters at 910 East 172nd Street this past Wed., Mar. 13th.
The 40,000-square-foot state-of-the-art Bronx headquarters, which cost $13.5 million, will nearly double the organization’s current medical, dental and mental services in the borough, handling 15,000 visits and serving 4,000 children.
It will integrate health care referrals from all Children’s Aid programs in the South Bronx, and provide comprehensive health and social services to children and adolescents in foster care programs at Children’s Aid.
“I’m excited for the kids,” said Dianna Ortiz, 22, who went through the organization’s foster service programs herself.
Ortiz’s mother died when she was 13, and she entered the foster care system at age 16 after being abused by her biological father, who terminated his parental rights.

Ortiz is now at John Jay College and living in her own apartment, though she still pops by the Children’s Aid Society’s Next Generation Center at 1522 Southern Boulevard.
“This is my family,” she said, to the audience at the ribbon-cutting ceremony.
Now, she looks forward to visiting the new center around the corner.
Ortiz attributes her ambition and perseverance to the care she was given at the Children’s Aid Society.
“They really listen to us. Some people just hear you, but the Children’s Aid Society listens. Without them, I don’t know where I would be.”
Now, the Society will have better capacity to serve youths at their new center, which occupies two entire floors in a four-story building.
The facility’s third floor consists of the organization’s medical arm, where patients can come for dental appointments, routine physicals, and consultations all under one roof.

As a result, Children’s Aid has focused on providing a comprehensive, coordinated network of services locally.
“Integrating our primary health care and child welfare services under one roof is essential to serving Bronx families and some of New York City’s most vulnerable children,” said Children’s Aid President and Chief Executive Officer Richard Buery.
“We have a lot going on,” he added.
The new headquarters also houses a medical foster care program for children with chronic medical conditions and more complicated disabilities that cannot be cared for by their parents.
The program places these children in foster care until they can be reintegrated back into their biological families, or adopted.
“We know that central to success is having everything working together,” said Buery.

On Wednesday, each member of the Children’s Aid Society team had different reasons for their enthusiasm.
Jaime Huertas, the Assistant Director of Health and Wellness at the Children’s Aid Society, was looking forward to the positive impact that centralized center would have on the wellness of Bronx children.
“Health factors lead to poor educational functioning,” he said. “Healthy children have healthier school experiences and performance.”
Melinda Cousins, a foster care case worker, has been working at the new center since it opened in September.
“It’s excellent,” she said. “It’s a one-stop shop. It means we’re working a lot smarter.”
Cousins especially liked the friendly, colorful visiting rooms.
“It’s a lot more family-oriented,” she observed.

The organization originally had been working out of a series of clinics, but now everything is centralized at East 172nd Street.
“It was a silo system,” said Buery. “The biggest problem with social services is that the variety of providers for children in need is very disconnected.”
Buery said it’s different with staff in the same building.
“They’re all colleagues, and it makes a huge difference for clients.”
Beyond anticipating the heightened levels of efficiency, Buery was also a fan of the large windows.
Beverly Colón, the Vice President of Health and Wellness, had a different favorite.
“For me, it has to be the teen room,” she said, with a smile.
Who could blame her? The teen room features a large-screen television, a Smart Board, magazines, and books, and the space is separated from the rest of the floor by a wall of discreetly tinted panes.

Rosa Sosa, a foster mother of two, sat contentedly in the waiting room as her charges were being tended to.
“It’s beautiful,” she said of the facility.
A foster mother for eight years, Sosa used to have to commute downtown from her home in the Bronx. “Now it only takes me 15 minutes,” she said.
The best thing, she added, was that the kids didn’t have to miss school—and they can get their dentist appointments taken care of at the same place they get their routine physical exams.
“I have everything in one place,” she said.
La Sociedad de Apoyo a la Niñez presenta nuevo centro de atención
Historia y fotos por Robin Elisabeth Kilmer
Puertas corredizas de cristal, gruesos marcos de ventana, vidrios polarizados y casas de juguete.
Esto ya no es cosa de fantasía para algunos residentes del Bronx, sino más bien un sueño hecho realidad.
La Sociedad de Apoyo a la Niñez celebró la inauguración de su nueva sede del Bronx en el número 910 Este, calle 172, el pasado miércoles 13 de marzo.
La vanguardista sede del Bronx, de 40,000 metros cuadrados, que costó $13.5 millones de dólares, casi duplicará los servicios médicos actuales, dentales y mentales de la organización en la ciudad, manejando 15,000 visitas y brindando atención a 4,000 niños.
Integrará las remisiones de atención médica de todos los programas de la Sociedad de Apoyo a la Niñez en el Sur del Bronx y proporcionará servicios de salud integral y servicio social a los niños y adolescentes de los programas de cuidado de crianza en la Sociedad de Apoyo a la Niñez.
“Estoy emocionada por los niños”, dijo Dianna Ortiz, de 22 años, quien pasó por los programas de la organización de servicios.
La madre de Ortiz murió cuando ella tenía 13 años, entró en el sistema de cuidado de crianza a los 16 años después de haber sido abusada por su padre biológico, quien terminó sus derechos parentales.
Ortiz se encuentra ahora en John Jay College y vive en su propio apartamento, aunque todavía se aparece por el Centro Nueva Generación de la Sociedad de Ayuda a la Niñez en el número 1522 de Southern Boulevard.
“Esta es mi familia”, dijo a la audiencia en la ceremonia de inauguración.
Ahora, espera poder visitar el nuevo centro a la vuelta de la esquina.
Ortiz atribuye su ambición y perseverancia a la atención que se le brindó en la Sociedad de Ayuda a la Niñez.
“Ellos realmente nos escuchan. Algunas personas simplemente te oyen, pero la Sociedad de Ayuda a la Niñez escucha. Sin ellos, no sé dónde estaría”.
Ahora, la sociedad tendrá una mayor capacidad para atender a los jóvenes en su nuevo centro, que ocupa dos pisos enteros en un edificio de cuatro pisos.
Las instalaciones del tercer piso se componen del brazo médico de la organización, donde los pacientes pueden asistir a sus citas dentales, exámenes físicos de rutina y sus consultas, todo bajo un mismo techo.
La nueva sede representa la culminación de una década de crecimiento de los servicios de la Sociedad de Apoyo a la Niñez en el Bronx, empezando por el Centro Familiar del Bronx en Southern Boulevard, en el año 2000. La Sociedad de Apoyo a la Niñez ha reconocido que los servicios para las familias de esta comunidad se han fragmentado, y su acceso es difícil para muchos.
Como consecuencia, la ayuda para los niños se ha centrado en ofrecer una red integral y coordinada de servicios a nivel local.
“La integración de nuestro sistema de salud primario y los servicios de bienestar infantil bajo un mismo techo, es esencial para servir a las familias del Bronx y a algunos de los niños más vulnerables de Nueva York”, dijo el presidente y director general de Ayuda a la Niñez, Richard Buery.
“Están sucediendo muchas cosas”, agregó.
La nueva sede también cuenta con un programa médico de cuidado de crianza para niños con enfermedades crónicas y discapacidades más complejas que no pueden ser atendidas por sus padres. El programa coloca a estos niños en hogares de acogida hasta que puedan reintegrarse a sus familias biológicas o sean adoptados.
“Sabemos que la clave para el éxito es tener todo trabajando de forma integral”, dijo Buery.
El miércoles, cada miembro del equipo de la Sociedad de Ayuda a la Niñez tenía diferentes razones para estar emocionado.
Jaime Huertas, director adjunto de Salud y Bienestar de la Sociedad de Ayuda a la Niñez, esperaba el impacto positivo que el centro tendría sobre el bienestar de los niños del Bronx.
“Los factores de salud conducen a un pobre funcionamiento educativo”, dijo. “Los niños sanos tienen experiencias escolares y un rendimiento más saludables”.
Melinda Cousins, trabajadora de casos de cuidado de crianza, ha estado laborando en el nuevo centro desde su apertura en septiembre.
“Es excelente”, dijo. “Es una ventanilla única. Significa que estamos trabajando de forma mucho más inteligente”.
A Cousins le gustaron especialmente las habitaciones de visita, acogedoras y coloridas.
“Está mucho más orientado a la familia”, observó.
La organización originalmente había estado trabajando en una serie de clínicas, pero ahora todo está centralizado en el este de la calle 172.
“Era un sistema de silo”, dijo Buery. “El mayor problema con los servicios sociales es que la variedad de proveedores para los niños necesitados están muy desconectados”.
Buery dijo que es diferente tener al personal en el mismo edificio.
“Son todos colegas y esto hace una gran diferencia para los clientes”.
Más allá de anticipar los mayores niveles de eficiencia, Buery también es un fan de los grandes ventanales.
Beverly Colón, Vicepresidente de Salud y Bienestar, tiene un lugar favorito diferente.
“Para mí, tiene que ser la habitación de los adolescentes”, dijo con una sonrisa.
¿Quién podría culparla? La habitación cuenta con una gran pantalla de televisión para adolescentes, un Smart Board, revistas y libros, y el espacio está separado del resto del piso por una pared de paneles polarizados discretamente.
Rosa Sosa, madre adoptiva de dos, se sentó con satisfacción en la sala de espera mientras sus cargos estaban siendo atendidos.
“Es hermoso”, dijo sobre el centro.
Siendo una madre adoptiva durante ocho años, Sosa solía tener que viajar al centro desde su casa en el Bronx. “Ahora sólo me toma 15 minutos”, dijo.
Lo mejor, añadió, es que los niños no tienen que faltar a la escuela y que pueden ser atendidos por el dentista en el mismo lugar en el que se realizan sus exámenes físicos de rutina.
“Tengo todo en un solo lugar”, dijo.
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La Sociedad de Apoyo a la Niñez celebró la inauguración de su nueva sede vanguardista de 40,000 pies en el Bronx.
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“Están sucediendo muchas cosas”, dijo Richard Buery, presidente y director general de la Sociedad de Apoyo a la Niñez.
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“Los niños sanos tienen experiencias escolares más saludables”, dijo Jaime Huertas, director adjunto de Salud y Bienestar.
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“Sin [La Sociedad de Apoyo a la Niñez], no se dónde estaría”, dijo Dianna Ortiz, quien entró al cuidado de crianza a los 16 años.
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Las nuevas habitaciones familiares están orientadas para la interacción entre las familias y sus hijos.
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“Es una ventanilla única”, dijo la trabajadora de casos de cuidado de crianza Melinda Cousins.
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Los espacios son acogedores y ofrecen servicios integrados.