Cap Concerns
Preocupaciones por el tope

Story by Gregg McQueen
The cap is causing alarm. President Donald Trump signed an order on September 29, lowering the number of refugees allowed in the United States during the next fiscal year to 45,000, the lowest number permitted since 1980. Last year, the Obama administration set the cap at 110,000, yet only about half that number have been admitted after the Trump administration put the entire refugee resettlement program on hold under executive orders that included a travel ban. During a press conference call hosted by the New York Immigration Coalition (NYIC) on October 3rd, refugee advocates voiced concern over the cap, suggesting it could exacerbate the plight of refugees worldwide. “Denying welcome to refugees under the guise of national security is just the latest in Donald Trump’s attack on immigrants,” said Meghan Maloney de Zaldivar, NYIC’s Manager of Member Engagement for Western New York. “This decision to have the cap furthers the global refugee crisis.” Though the refugee cap is not expected to have a strong effect on New York City, advocates said that the order could strongly impact New York State, especially upstate cities. Upstate New York represents 90 percent of refugee resettlement in the state, said David Dyssegaard Kallick, Deputy Director of the Fiscal Policy Institute. “Housing costs are lower there, and resettlement agencies have track records of placing refugees in jobs upstate,” he explained. While some states and cities have pushed back against the cost of providing social services for refugees, Syracuse Mayor Stephanie Miner said refugees have boosted her city’s economy. She said many refugees have started their own Syracuse businesses such as ethnic grocery stores or hair salons, and “are so grateful to be in a place where they will not be threatened” that they begin to flourish. “They’re bringing their own energy, buying up our houses and fixing up our houses,” said Miner. “Our population would not be there otherwise.” “The refugee cap would be destructive in terms of economy and destructive in terms of our values as Americans,” she added. Syracuse University student Khadijo Abdulkadir, who immigrated to Syracuse from a Kenyan refugee camp in 2009, said her aunt and uncle are still stuck in the camp. Because her family is from Somalia, Abdulkadir said his family was barred from coming to the U.S. due to Trump’s travel ban. “Being identified as Somalis, their flights were cancelled and they could not come over,” said Abdulkadir. “I was devastated.” She said her aunt needs specialized medical care and her uncle is blind, and she is concerned about their wellbeing in the camp. “I have been trying to advocate for them, especially for their medical care,” said Abdulkadir. “The executive order could further jeopardize their chances of coming here.”
Historia por Gregg McQueen
El límite está causando alarma. El presidente Donald Trump firmó una orden el 29 de septiembre, reduciendo el número de refugiados permitidos en los Estados Unidos durante el próximo año fiscal a 45,000, el número más bajo permitido desde 1980. El año pasado, la administración de Obama fijó el tope en 110,000, aunque solo la mitad de ese número ha sido admitido después de que la administración Trump pusiera en pausa todo el programa de reasentamiento de refugiados bajo órdenes ejecutivas que incluyeron una prohibición de viaje. Durante una conferencia de prensa organizada por la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC, por sus siglas en inglés) el 3 de octubre, defensores de los refugiados expresaron su preocupación por el tope, sugiriendo que podría exacerbar la difícil situación de los refugiados en todo el mundo. “Negar la bienvenida a los refugiados bajo el pretexto de la seguridad nacional es solo lo último en el ataque de Donald Trump contra los inmigrantes”, dijo Meghan Maloney de Zaldivar, gerente de Participación de los Miembros de NYIC para el Oeste de Nueva York. “Esta decisión de tener el límite impulsa la crisis global de los refugiados”. Si bien no se espera que el límite de refugiados tenga un fuerte efecto en Ciudad de Nueva York, los defensores dijeron que la orden podría afectar fuertemente al Estado de Nueva York, en especial a las ciudades del norte. El norte del Estado de Nueva York representa el 90 por ciento del reasentamiento de refugiados en el estado, dijo David Dyssegaard Kallick, subdirector del Instituto de Política Fiscal. “Los costos de vivienda son más bajos allí, y las agencias de reasentamiento tienen antecedentes de colocar a los refugiados en puestos de trabajo en el norte del estado”, explicó. Kallick dijo que la afluencia de refugiados ayudó a reconstruir las principales ciudades del norte del estado como Búfalo, Syracuse y Albany, que sufrieron una declinación severa de la población en la última generación. Explicó que muchos refugiados han comenzado sus propios negocios en Syracuse, como tiendas étnicas de comestibles o salones de belleza, y “están tan agradecidos de estar en un lugar donde no serán amenazados” que comienzan a florecer. “Aportan su propia energía, compran nuestras casas y las arreglan”, dijo Miner. “Nuestra población no estaría ahí de otra manera”. “El límite a los refugiados sería destructivo en términos de economía y de nuestros valores como estadounidenses”, agregó. La estudiante de la Universidad de Syracuse Khadijo Abdulkadir, quien emigró a Syracuse de un campamento de refugiados de Kenia en 2009, dijo que su tía y su tío todavía están atrapados en el campamento. Su familia es de Somalia y no puede llegar a los Estados Unidos debido a la prohibición de viaje de Trump. “Al ser identificados como somalíes, sus vuelos fueron cancelados y no pudieron venir”, dijo Abdulkadir. “Estaba devastada”. Dijo que su tía necesita cuidado médico especializado y su tío es ciego, y ella está preocupada por su bienestar en el campamento. “He estado tratando de abogar por ellos, especialmente por su atención médica”, dijo Abdulkadir. “La orden ejecutiva podría poner en peligro sus posibilidades de venir”.
Cap Concerns
Kallick said the influx of refugees helped rebuild major upstate cities like Buffalo, Syracuse and Albany, all of which suffered severe population decline over last generation.
Preocupaciones por el tope
Si bien algunos estados y ciudades han rechazado el costo de proporcionar servicios sociales a los refugiados, la alcaldesa de Syracuse, Stephanie Miner, dijo que los refugiados han impulsado la economía de su ciudad.