Kicks and consoles
Patadas y consolas

Kicks and consoles
Block party brings tech to life
Story and photos by Mónica Barnkow

The grill was hot, y la música caliente.
It was a classic scene in the South Bronx, as hundreds took to the streets for a mid-afternoon block party.
Rather than breakdancing though, the focus was on breaking (and making) codes.
Hosting the festivities on Sat., Aug. 2nd on Seneca Avenue was StartUp Box, a Bronx-based social enterprise designed to increase employment opportunities within the software testing and technology sectors. Its creators seek to train and equip those with little to no exposure in specialized tech training to take an active role in the creation and development of software, particularly in the video game industry.
StartUp Box has already worked with Nickelodeon and TreSensa.com.
“Placing people in jobs within software companies is not always viable, especially for people with barriers to employment,” explained Founder and CEO Majora Carter.
“StartUp Box uses the B2B (business to business) outsourcing model that industry is comfortable with, and puts that economic activity in communities like Hunts Point, where it’s needed most,” she added.

The party, which ran until the early evening hours, drew various nonprofit, community and commercial organizations, and featured games, tournaments, face-painting kids’ activities, a “Game Truck,” and performances from the Lorenz Latin Dance Studio.
Program Director Thomas O’Connell was on site, providing information about Camp Interactive. It hosts a high school coding program that includes after school programs and summer internships.
Out on the street too was Senior Account Manager Will Cannon representing Employment Works, a program of the New York City Department of Probation and Small Business Services.
“Our organization provides vocational training and job placement services to individuals with all sorts of barriers to employment,” he said. “That could include disability, economic barriers, or a court involving history, such as a misdemeanor in the past.”
This program targets probationers from the Bronx and Manhattan.
The party also drew, naturally, gamers.
Avid video game player Miguel Ramos, 18, waited in line for his turn to compete.
“I personally play at home a lot,” he said. He said he rated his proficiency at a “solid seven.”
He was joined by Albert Rivera, 20, who said he had been playing since he was four years old. He currently plays 6 hours a day on weekdays, and 12 on weekends.

Moreover, Rivera has played three tournaments this year, finishing in first place in one.
“The games have gotten easier, better suited for casual players,” he said.
It is this engaged demographic that StartUp Box seeks to reach.
“What we are doing here is providing tech opportunities for people in the community who otherwise wouldn’t think they would be able to become game testers or anything in the industry,” said StartUp Box member Lancelot Chase.
Peta Clark is also committed to the cause.
She is a member of Black Girls Code.
“[We are] a non-profit organization that introduces technology and computer programs to young girls of color from under-represented communities,” she explained. The group engages young women in workshops throughout New York City.
Assemblymember Marcos Crespo was present at the event.
“The creators of StartUp Bronx made something out of nothing,” he said. “People in this community have to take advantage of this opportunity and use it to open doors for a better tomorrow.”
Whitney was one of the few women on line to play video games. But she was no novice at the console.
“I’ve been playing video games since I was 4 or 5,” she said.
But competitive playing was a different experience.
“The whole part of it is getting over that nervousness,” she said. “I always try to do my best.”
For more information on StartUp Box, please visit http://www.sbsq.org/.
Patadas y consolas
Fiesta del barrio lleva la tecnología a la vida
Historia y fotos por Mónica Barnkow

La parrilla estaba lista, y la música caliente.
Era una escena clásica en el sur del Bronx, con cientos de personas tomando las calles para una fiesta a media tarde.
En lugar del breakdance, la atención se centraba en romper (y crear) códigos.
El organizador de los festejos del sábado 2 de agosto en la Avenida Seneca fue StartUp Box, una empresa social con sede en el Bronx diseñada para incrementar las oportunidades de empleo dentro de los sectores de software de control y tecnología. Sus creadores buscan capacitar y equipar a personas con poca o ninguna exposición en capacitación especializada de alta tecnología para tomar un papel activo en la creación y desarrollo de software, en particular en la industria de los videojuegos.
Box StartUp ya ha trabajado con Nickelodeon y TreSensa.com.
“Colocar a personas en puestos de trabajo dentro de compañías de software no siempre es viable, especialmente para aquéllas con barreras para el empleo”, explicó el fundador y CEO Majora Carter.
“StartUp Box utiliza el modelo de outsourcing B2B (business to business), con el que la industria se siente cómoda, y pone esta actividad económica en comunidades como Hunts Point, donde más se necesita”, añadió.

La fiesta, que se prolongó hasta las primeras horas de la noche, atrajo a varias organizaciones sin fines de lucro, comunitarias y comerciales, y contó con juegos, torneos, actividades, pintura de caras para niños, un “Game Truck” y actuaciones del Estudio de Baile Lorenz Latin.
El director del programa, Thomas O’Connell, estuvo en el sitio proporcionando información sobre Camp Interactive, un programa de codificación de preparatoria que incluye actividades extracurriculares y prácticas de verano.
También asistió Will Cannon, gerente senior de cuenta, representando a Employment Works, un programa del Departamento de Libertad Condicional y Servicios para Pequeños Negocios de la ciudad de Nueva York.
“Nuestra organización ofrece servicios de capacitación, formación profesional e inserción laboral a las personas con todo tipo de obstáculos para el empleo”, dijo. “Eso podría incluir discapacidad, barreras económicas o un historial que implica un tribunal, como un delito menor”.
El programa está dirigido a personas en libertad condicional del Bronx y Manhattan.
La fiesta también atrajo, naturalmente, a los gamers.
El ávido jugador de videojuegos Miguel Ramos, de 18 años, esperaba en la fila su turno para competir.
“Yo juego mucho en casa”, señaló. Dijo tener su dominio en un “sólido siete”.

Se le unió Albert Rivera, de 20 años, quien dijo jugar desde los cuatro años de edad. Actualmente juega 6 horas al día, de lunes a viernes, y 12 los fines de semana.
Además, Rivera ha jugado tres torneos este año, terminando en primer lugar en uno.
“Los juegos se han vuelto más fáciles, mejor adaptados para jugadores casuales”, dijo.
Es a este grupo demográfico al que StartUp Box busca llegar.
“Lo que estamos haciendo es proporcionar oportunidades tecnológicas para las personas de la comunidad que de otra m
anera no creerían poder probar juegos o cualquier cosa en la industria”, dijo el miembro de StartUp Box, Lancelot Chase.
Peta Clark también está comprometida con la causa.
Ella es miembra de Black Girls Code.
“[Estamos] en una organización sin fines de lucro que presenta programas de tecnología e informática a chicas jóvenes de color de las comunidades poco representadas”, explicó. El grupo involucra a mujeres jóvenes en talleres por toda la ciudad de Nueva York.
El asambleísta Marcos Crespo estuvo presente en el evento.
“Los creadores de StartUp Bronx hicieron algo de la nada”, dijo. “La gente de esta comunidad tiene que aprovechar esta oportunidad y utilizarla para abrir las puertas para un mejor mañana”.
Whitney fue una de las pocas mujeres formadas para jugar juegos de video. Pero ella no es una principiante en la consola.
“He estado jugando videojuegos desde que tenía 4 o 5”, dijo.
Pero las condiciones de competencia fueron una experiencia diferente.
“Lo importante es superar el nerviosismo”, dijo. “Yo siempre trato de hacerlo lo mejor posible”.
Para mayor información sobre StartUp Box, por favor visite http://www.sbsq.org.